La amenaza de la extinción de las abejas es real; la población de abejas está disminuyendo a pasos agigantados. Es por ello que se están tomando medidas para evitar que se extingan las pequeñas polinizadoras de flores y productoras de la deliciosa miel.
Una de las medidas que los 28 países miembros de la Unión Europea es prohibir el uso de insecticidas neonicotinoides muy utilizados en todo el mundo en cultivos de maíz, colza, algodón y girasol. La prohibición se debe a que representan un alto riesgo para las abejas silvestres y las abejas melíferas.
28 países miembros de la UE prohibirán el uso de insecticidas neonicotinoides utilizados en todo el mundo en cultivos de maíz, colza, algodón y girasol.
Los científicos de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria dictaminaron que los pesticidas fabricados por Bayer y Sygenta son:
- Imidacloprid
- Clotianidina
- Tiametoxam
Dichos pesticidas son neonicotinoides, insecticidas sistémicos, que son absorbidos por las plantas y están presentes en su polen y su néctar.
Salvar a las abejas: UE prohíbe insecticidas dañinos para ellas
Al descubrir que numerosos estudios científicos dieron a conocer que los pesticidas traen como consecuencias: un declive de las poblaciones de abejas, junto a multitud de otros factores, como la destrucción de su hábitat, el cambio climático, el ácaro Varroa que chupa sus líquidos internos y el parásito Nosema apis que ataca su aparato digestivo.
Para Vytenis Andriukaitis, comisario europeo de Salud y Seguridad Alimentaria, «la salud de las abejas sigue siendo de vital importancia para mí, dado que está relacionada con la biodiversidad, con la producción de alimentos y con el medio ambiente».
Las abejas son las encargadas de transportar el polen desde las partes masculinas de una flor hasta las partes femeninas, y son esenciales en cultivos como la alfalfa, las almendras, los pepinos y las fresas.
De acuerdo con El País, el uso de los tres insecticidas ya estaba restringido en la UE desde 2013 en aplicación del principio de precaución. Sin emabargo, fue hasta hace un año, que el experimento en el campo más ambicioso hasta la fecha mostró efectos negativos en las abejas.
Dicho estudio fue financiado por los propios fabricantes de los pesticidas, quienes investigaron cuál es el impacto en la abeja de la miel, el abejorro común y la abeja solitaria en dos mil hectáreas de cultivos de colza de Hungría, Reino Unido y Alemania.
- En Hungría, el número de colonias de abejas descendió un 24% durante el invierno.
- En Reino Unido, entre un 67% y un 79%, aunque en zonas sin neonicotinoides también cayó un 58%.
- En Alemania, no se detectaron efectos negativos.
El insecticida imidacloprid, fabricado por Bayer, es uno de los más empleados en el mundo. En 2010 se fabricaron unas 20 mil toneladas de sustancia activa.
En España, los insecticidas y acaricidas representan solo un 9,9% del total de pesticidas utilizados. La mayor parte son fungicidas, contra hongos nocivos, y herbicidas, contra malas hierbas.
Para el ingeniero agrónomo Carlos Palomar, director general de la Asociación Empresarial para la Protección de las Plantas (AEPLA), dice que la decisión europea es “lamentable” y que no existen “alternativas viables” a los tres neonicotinoides.
Actualmente hay 9 mil especies de insectos que atacan los cultivos de las abejas y ésto es causante de un grave impacto en las cosechas.
«Quizá no ahora, pero al tiempo se verá el impacto de eliminar herramientas tan valiosas».