Nuestro país tiene ante sí la inigualable oportunidad de convertirse en líder mundial de la conservación de tiburones. Para lograrlo, resulta fundamental la intervención del gobierno federal, ya que solo a través de un decreto presidencial será posible la creación, en aguas nacionales del mar Caribe, de un santuario dedicado a los escualos, pero que también genere beneficios a otras especies y al sector Turismo de la región, así como servicios ambientales a toda la población.
Las condiciones [o requisitos] para lograrlo estén dadas: se trata de una especie vulnerable y expuesta a un gran número de amenazas; su presencia es una clara muestra de la salud de los ecosistemas marinos; genera importantes ganancias gracias a actividades recreativas como el buceo [que pueden llegar a miles de dólares por un ejemplar avistado]; su posible desaparición desencadenaría serios trastornos no sé lo para los océanos, sino también para quienes dependen de éstos para subsistir; por si fuera poco, cada vez son más las personas y asociaciones que presionan —a través de los medios y las redes sociales—, en busca de resultados, a las autoridades responsables de conservar a los tiburones y su hábitat.
De seguir el ejemplo de Honduras, que a mediados de 2011 creó la primera zona de protección para estos animales en el mundo, los tiburones en México dejarían de ser vistos como una amenaza [principalmente para los turistas], para convertirse en el motor de una naciente industria con grandes oportunidades de crecimiento: la del buceo de observación, es decir, turismo de naturaleza.
Con el decreto de un Santuario de Tiburón en aguas de jurisdicción nacional [desde Yucatán hasta Quintana Roo], México reforzaría la imagen 9 el prestigio que poco a poco ha ganado a nivel internacional, al ser reconocido como nación comprometida con el desarrollo sustentable debido a que también estaría protegiendo al Sistema Arrecifal Mesoamericano.
Ejercicio de planeación
La estrategia, además de ser impulsada por la Presidencia de la República [y avalada por la CONANP, PROFEPA, gobierno del estado de Quinatana Roo y ojalá por C0NAPESCA], deberá conjugar la visión de conservación con el desarrollo económico de la región. El objetivo será entonces capacitara los pescadores y lugareños para que estén en posibilidades de convertirse en guías especializados en turismo responsable, dejando atrás su oficio de cazadores.
En números, esta actividad no consuntiva significa para los prestadores del servicio ingresos de hasta 10 000 dólares diarios [al atender a 100 buzos que pagarán, en promedio, 100 dólares por el recorrido bajo el mar].
Con este esquema, ganan los ecosistemas, los hoteleros, los habitantes de la región y, sobre todo, gana México.
Propuestas alternas
• Decretar zonas de exclusión de pesca, para alimentación, refugio y reproducción de tiburón.
• Analizar a detalle la Ley General de Pesca y Acuacultura Sustentables.
• Evaluar la situación de los pescadores, incluyendo subsidios, permisos, cuotas y/o oportunidades.
• Es imperativo contar con un ordenamiento ecológico al menos en Quinta Roo, en el polígono marino.
• Aprovechamiento sustentable, con visión a largo plazo, de los mares nacionales.
Fuente: Revista Equilibrio, p. 3.
Por: Mario Gómez.
Publicada: Febrero de 2012.