Siguiendo el mandato constitucional de cuidar la salud de la población, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) destruyó 46 millones de cigarros ilegales que fueron decomisados en siete aduanas del país, y que dejaron un daño al erario de 40 millones de pesos.
Durante el evento en donde se destruyó la mercancía ilegal que fue incautada por el fisco, Aristóteles Núñez, jefe del SAT, reveló que la incautación de los cigarrillos es un esfuerzo conjunto que se dio entre el 2013 y el 2015; cada cigarrillo ilegal que se vende en México, calculó, deja fugas al erario de 3 pesos.
«Si este decomiso (46 millones de cigarros) fuera un producto legal su valor en aduanas es de 40 millones de pesos; desafortunadamente el valor que tiene este producto (ilícito) en el mercado es de alrededor de 50 centavos por cada cigarro», agregó.
En las inmediaciones de la Aduna de Pantaco en el Distrito Federal, admitió que desafortunadamente hay un mercado en el país que está prefiriendo consumir productos ilícitos y de mala calidad, que daña la salud principalmente de niños y jóvenes.
«El fumar ya hace daño pero fumar productos ilegales que no pagan impuestos provoca un mayor daño a la salud de los medianos, además de que se fortalece el comercio informal», declaró.
Se estima que 16.6% de los cigarros que se venden en México son ilegales y provienen principalmente de China, India y Vietnam con lo que se daña al erario público.
Núñez aseguró que en lo que va de la administración tanto el SAT como la Procuraduría General de la República (PGR), la Cofepris y las cámaras empresariales están ejecutando un trabajo conjunto para disminuir la venta ilegal de productos.
En México las aduanas de Subteniente López, Tampico y Veracruz son las más «porosas», es decir, las que tienen la mayor incidencia en aseguramiento, y en donde los actores ilegales de la economía han encontrado una puerta para nuestro país.
Por su parte, Manuel Mondragón y Kalb, Comisionado Nacional Contra las Adiciones, comentó que la venta de tabaco en el país no escapa de su realidad, «hemos visto con preocupación que es el tabaco apócrifo el que pretende inundar nuestro país, tabaco que entra por algunas fronteras que se distribuye a todo el territorio nacional».
Que por lo regular, dijo, es consumido por los niños y adolescentes que no tienen dinero ya que tiene precios más bajos.
Reconoció que con el trabajo coordinado que realizan las autoridades la oferta de estos productos se está logrando limitar, y sentenció que al contar con una oferta disminuida y una demanda controlada generará mayores beneficios para el país.
Fuente: El Economista