Más de seis millones de hectáreas en la Amazonia occidental —la más rica en biodiversidad— están amenazadas por la explotación de madera y aceite de palma y por la minería. Esto es lo que ha descubierto el equipo del investigador en ecología global Greg Asner, del Instituto Carnegie de Washington. Los científicos han utilizado instrumentos de teledetección para obtener imágenes de alta resolución que ofrecen datos más detallados sobre la diversidad de los árboles y las “estrategias” de supervivencia y crecimiento de cada tipo de planta.
A bordo de un laboratorio aéreo, los investigadores han aplicado un algoritmo a las imágenes de su satélite para generar mapas de biodiversidad en los Andes peruanos y en la cuenca del río Amazonas y han hecho un mapa simultáneo de la composición funcional y biológica de la copa de los árboles. “Esto llevó al descubrimiento de 36 conjuntos forestales previamente desconocidos, y nos permitió evaluar las políticas de preservación», cuenta Asner.
Entre el 32% y 46% de los grupos encontrados están protegidos (dos tercios pertenecen al Gobierno peruano y un tercio a comunidades indígenas), pero 6,4 millones de hectáreas de los altos bosques andinos, con especies distintas de las encontradas en la Amazonia oriental, están “altamente amenazadas”, según los investigadores.
El estudio de la biodiversidad tradicionalmente utiliza el trabajo de campo para clasificar las especies que viven en un hábitat, pero eso no permite analizar el bosque con el nivel de detalle obtenido por el equipo del Instituto Carnegie. “Yo, que trabajo desde hace años con las botas sucias en la selva, nunca habría podido detectar o describir esa riqueza tan detalladamente”, afirma Valerie Kapos, directora del Programa de Cambio Climático y Biodiversidad de la ONU.
Kapos explica que esa tecnología ayuda a identificar puntos de concentración de biodiversidad y que, gracias a eso, los gobiernos pueden priorizar sus esfuerzos de protección en zonas específicas.
“Es más efectivo invertir más recursos en proteger una región con una diversidad específica que intentar protegerlo todo”, reitera Javier Godar, investigador del Stockholm Environment Institute(SEI). Godar señala que los satélites van a desempeñar un papel importante en la protección de los ecosistemas amenazados. Un ejemplo es Global Forest Watch, creada en 2014 por el Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés). Esa plataforma agrega mapas digitales de alta resolución que son actualizados periódicamente por Google y científicos de la Universidad de Maryland y un sistema que permite monitorear y recibir alertas en tiempo real sobre la situación de los bosques.
Godar lo define como una “revolución” en la investigación de recursos naturales. “Esa información nos permite actuar antes de que sea demasiado tarde. En Brasil, por ejemplo, funciona muy bien: cuando detectan alguna actividad ilegal en una zona protegida, se lanza una alerta y la policía va inmediatamente al sitio. Son cosas que hace cinco años eran impensables”, cuenta.
El próximo objetivo de Greg Asner y su equipo es aplicar la técnica utilizada en Perú en una escala global. “Queremos trasladar esa tecnología a un satélite en la órbita terrestre para mapear el planeta cada tres meses. Eso nos dará la mejor visión posible de cómo la biodiversidad del mundo está cambiando y dónde aplicar las medidas de protección necesarias”, afirma.
Fuente: ElPaís