Con el objetivo de regresar al nivel uno dentro de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), categoría que perdió a finales de julio por su fragilidad en seguridad, operación aeroportuaria, normatividad y capacitación, el gobierno mexicano, por medio de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, contrató a un asesor estadounidense vinculado a casos de corrupción.
En su momento fue etiquetado como uno de los inspectores de aviación más fraudulentos de ese país.
Se trata de Thomas Stuckey, un ex supervisor de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés), acusado en el 2008 de encubrir problemas de seguridad en la aerolínea Southwest y de falso testimonio durante audiencias celebradas en el Congreso estadounidense.
La negociación fue confirmada a Crónica por fuentes de la FAA.
Sobre la contratación del asesor, el senador del PRI, Rogelio Rueda Sánchez, —integrante de la Comisión de Comunicaciones y Transportes y quien ha presentado diversos puntos de acuerdo a favor de la industria aérea mexicana—, comentó:
“Es un dato gravísimo, que refleja la falta de conocimiento sobre el medio de quien está al frente de la Secretaría, quiero pensar que no es por esa característica de corrupción que lo están contratando, si no por desconocimiento o ignorancia”,
La historia. Stuckey llegó a ser en la FAA gerente de supervisión de seguridad en aerolíneas de la región suroeste de la Unión Americana, la cual abarca seis estados.
Pero en abril de 2008, una investigación del Comité de Transporte del Congreso, encabezado por el legislador demócrata James Oberstar, destapó las irregularidades con las que por mucho tiempo operó Southwest Airlines, justo en el lapso en el que fungía como inspector el hoy consejero de la SCT.
Thomas fue llamado a declarar ante la Cámara baja, al igual que Nicholas Sabatini, otro alto oficial de seguridad de la FAA.
Al final de las audiencias —que tuvieron difusión nacional y se concentraron en cómo, por qué y quién había permitido que aviones operaran en clara violación a las leyes de seguridad aérea— se corroboró la red de corruptelas y Oberstar le escribió una carta en la cual le recriminó que había encubierto anomalías en la aerolínea investigada y había incurrido en falsedad de testimonio, pese a declarar bajo juramento.
Él negó las acusaciones…
Sin embargo, la FAA anunció la destitución de Stuckey como manager de la región suroeste, aunque seguiría como empleado.
No obstante, un año después, a mediados de 2009, la organización decidió cesarlo de manera definitiva, aunque la resolución se tomó en silencio, sin darlo a conocer de manera oficial a los medios de comunicación, a los que semanas después se les filtró la noticia.
Pero Stuckey volvió pronto a escena como consultor y experto en temas aeronáuticos para la compañía privada Soluciones tecnológicas en Aviación JDA, con sede en el estado de Maryland.
En la página de internet aparece como vicepresidente del departamento de soluciones administrativas y comerciales de aviación.
En su historial se citan sus 33 años en la FAA, sus logros como gerente de la región suroeste y como director interino de normas de vuelo, pero se omite su pasado oscuro y su implicación en el caso Southwest.
“Los problemas ya los dejé atrás”, ha dicho a medios estadounidenses, mientras que la FAA, por medio de su portavoz Laura Brown, se ha negado a revelar detalles del expediente, aunque sí ha solicitado a Thomas que se conduzca con los lineamientos éticos a los que están obligados todos los ex funcionarios del organismo de seguridad.
Es, hoy, sin más, el asesor de la Dirección de Aeronáutica Civil de México y de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
Fuente: La Crónica – nacional, p. 3
Autor: Daniel Blancas Madrigal
Publicada: 16 de agosto 2010