Empresas como AFG Bienes Raíces aprovechan los beneficios de esta obra en San Antonio para aumentar los precios de los departamentos y prometen una entrada peatonal exclusiva al lugar; autoridades dicen que no pueden actuar.
Con el pretexto de la construcción del Bioparque San Antonio, parque urbano sustentable en la delegación Álvaro Obregón, diversas inmobiliarias aprovechan para colgarse de sus beneficios y aumentar los precios de los departamentos.
Pese a que la obra se realiza con presupuesto federal a través de las secretarías del Medio Ambiente y Recursos Naturales y de la Defensa Nacional, empresas como AFG Bienes Raíces ofertan un desarrollo de lujo denominado Vita Park Residencial, con una entrada peatonal exclusiva al bioparque.
“Ofrecemos departamentos desde 40 metros cuadrados hasta 134 metros cuadrados, desde 980 mil pesos hasta 2 millones de pesos. Contaremos con una entrada peatonal al Bioparque San Antonio, donde los habitantes de este edificio podrán disfrutar de las áreas recreativas”, explicó la vendedora Ernestina López.
Otro caso es el de Punta San Antonio, desarrollo de lujo con departamentos de uno y dos niveles, albercas y gimnasio, que también informa en folletos y mantas que se encuentra a unos pasos de este parque.
“Las ventajas de un lugar así elevan el nivel de la zona, antes industrial. Ahora le estamos apostando a construcciones sustentables y que el bioparque esté a unas cuadras interesa mucho más a nuestro segmento meta, que se preocupa por el medio ambiente.
A nosotros nos vino muy bien la construcción”, explicó Damiana, vendedora inmobiliaria. Pese a que las autoridades delegacionales saben de la problemática, argumentan que no pueden modificar las tarifas de las empresas y que realmente sí será un plus para los nuevos vecinos.
“Es una obra que fomenta el desarrollo social de toda la demarcación. Estamos trabajando con la Semarnat para mantener este parque. El caso de las inmobiliarias es algo que no podemos controlar. Lo que es cierto es que no hay entradas exclusivas, el parque es para todos los vecinos de la zona”, explicó Leonel Luna, jefe delegacional de Álvaro Obregón.
ANTECEDENTES
El predio donde actualmente se construye el bioparque fue comprado a la cementera Tolteca en 1986 por el gobierno federal, durante la presidencia de Miguel de la Madrid, con la idea de convertirlo en un parque y contribuir al medio ambiente.
Sin embargo, es 24 años después que el gobierno de Felipe Calderón adoptó un proyecto de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México para iniciar construcciones en noviembre de 2010.
El bioparque, ubicado en Avenida Central, divide las dos caras de la colonia Carola: por un lado hay grandes desarrollos de departamentos de lujo y por otro una zona popular que carece de agua.
De acuerdo con datos de Secretaría del Medio Ambiente, la inversión es de 166 millones de pesos y se estima que lo visiten más de 78 mil personas al año.
El compromiso fue entregarlo durante el sexenio de Felipe Calderón; sin embargo, los vecinos de la zona aseguran que la obra estuvo parada por más de un año y que hace cuatro meses reanudaron las construcciones a marchas forzadas.
Las casi siete hectáreas de construcción conformaban un predio reportaje por Ana Cecilia Méndez abandonado que funcionaba como bodega y estacionamiento para camiones de construcción. Además los vecinos declaran que por muchos años este sitio fue un foco de infección y delincuencia.
“Era un tiradero de basura, violaban y asaltaban, incluso encontraron muertos, pues al no estar vigilado venían a aventarlos al barranco”, dijo Paz de León, habitante de la colonia Carola por más de 30 años.
El parque incluye bosque, un lago artificial, biblioteca, foro de espectáculos, juegos infantiles, lugares para talleres y estacionamiento. MILENIO contactó a Semarnat para
conocer más sobre el proyecto, pero dijeron que el tema será tratado hasta su inauguración.
Fuente: Milenio
