El semanario The Economist publicó un artículo Social saints, fiscal fiends (Santos sociales, demonios fiscales, 2 enero 2016) con motivo de la fusión entre las farmacéuticas Pfizer (EEUU) y Allergan (Irlanda) cuyo objeto declarado era la elusión fiscal, al cambiar la sede fiscal desde la primera hacia la segunda y analizaba la responsabilidad social de esa mudanza. El suscrito había publicado un análisis del caso en ese mismo contexto unas semanas antes en Ética grande y ética pequeña: Elusión fiscal y el código de ética en Pfizer (6 diciembre 2015).
Dada la reputación de aquella revista y su incisivo análisis puede ser educativo repasar sus razonamientos sobre esa responsabilidad social y contrastarlos con los expresados en mi artículo.
La revista analiza los puntos a favor y en contra, o sea los argumentos a favor y en contra por los cuales una empresa que elude impuestos puede considerarse socialmente responsable. El concepto de elusión fiscal es relativamente claro, lo de ser socialmente responsable o irresponsable es todavía objeto de opinión, todavía no hay consenso sobre lo que ello significa. Para algunos hacer donaciones, tratar bien a los trabajadores, tener programas de voluntariado o plantar árboles quiere decir que la empresa es socialmente responsable, para otros, como el suscrito, eso son meramente “algunas actividades de responsabilidad social”. Que una empresa sea socialmente responsable implica que asume responsabilidad por sus impactos sobre la sociedad (incluido el medio ambiente), hace lo posible por mitigar los impactos negativos, potenciar los positivos y busca, proactivamente, maneras de mejorar la contribución a esa sociedad de todas sus actividades. Obviamente que el conjunto de todo esto es cuestión de grado. Algunas partes son no negociables, otras se desarrollan en función de las posibilidades de la empresa y en el contexto en que opera. No se puede afirmar que una empresa es socialmente responsable. Como con la buena gestión, que es lo mismo, hay empresas más responsables que otras, hay empresas mejor gestionadas que otras. Responsabilidad social es un criterio de buena gestión.
En el caso de Pfizer, el semanario analiza los resultados de un estudio académico donde se encontró que las empresas que mejor calificadas están en índices de responsabilidad social son las que más esfuerzos hacen por eludir impuestos. Hay que tener mucho cuidado en inferir causalidad, que eludir impuestos hace a las empresas más responsables, o que ser responsables las lleva a eludir impuestos. Ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario. La opinión del suscrito es que esas son las empresas que tienen gestión profesional activa en la búsqueda de mayores rendimientos. El semanario dice que la explicación más obvia de los resultados es la hipocresía, que las empresas quieren quedar bien con Dios y con el Diablo.
También especulan que se debe a que los encargados de la responsabilidad social y los encargados de impuestos van cada uno por su cuenta y hacen lo que creen que más le conviene a la empresa.
Los autores del estudio ofrecen dos hipótesis para explicar los resultados. Primero, que el objetivo de la responsabilidad social y el de la evasión fiscal es el mismo: mejorar los beneficios. Segundo, que es la elusión fiscal la que genera recursos para “financiar” la responsabilidad social.
Creo que no se puede generalizar, ya que para las diferentes empresas cada una de las cuatro hipótesis (dos del semanario y dos de los autores), en diferentes combinaciones, tiene algo de validez, ya sea en un momento determinado o a lo largo del tiempo. Cada empresa es diferente. Personalmente creo que lo más probable es la segunda hipótesis del semanario de que cada quién gestiona su feudo independientemente pero le añado que las empresas que son juzgadas dignas de pertenecer a los índices tienen en común que son gestionadas con el mejor talento, tanto en la parte de responsabilidad social como en la fiscal.
Pero volviendo a la pregunta del título de este artículo sobre si se puede ser socialmente responsable eludiendo impuestos el semanario ofrece dos versiones relativamente tradicionales. Por una parte la de los duros que dicen que “la mejor manera de que las empresa contribuyan al bien común es que hagan negocios exitosos… mientras más dinero puedas evitar que caiga en la garras de los gobiernos más dinero puedes invertir en nuevas instalaciones (que crean empleos en el corto plazo) y en investigación (que crea empleos en el largo plazo… y más dinero tendrás para buenas causas …” . O sea, que la elusión fiscal es cosa buena porque ellos invierten mejor que los gobiernos. Y por otra parte la posición más moderada de que “…la principal contribución de las empresas a la sociedad es la provisión de empleos e ingresos…es necesaria la armonización fiscal…» Hay una gran diferencia entre mudarse a Irlanda porque ello permite un balance entre pagar impuestos y la promoción de más negocios y el involucrarse en contorsiones fiscales cuyo único objetivo es no pagar impuestos en ninguna parte….reconocer que hay una gran diferencia entre alegar la ineficiencia de los gobiernos y el pretender que son irrelevantes y que por ello es innecesario contribuir a su mantenimiento…”. O sea, las empresas responsables deben pagar impuestos pero es legítima la elusión fiscal “justificada y razonable”. Al expresar ambas posiciones, The Economist parece tener una visión bastante estrecha de la Responsabilidad de la empresa ante la sociedad.
Mi argumento, expresado en el artículo mencionado al principio es que una empresa como Pfizer que elude impuestos no está cumpliendo con su responsabilidad ante la sociedad. Puede que tenga “algunas actividades” que reflejen alguna responsabilidad pero la empresa que elude impuestos, elude su responsabilidad ante la sociedad. ¿Quiere esto decir que pagar impuestos es una responsabilidad social? Sí. ¿Quiere esto decir que si se logra evitar pagar algunos impuestos aprovechando deficiencias en las regulaciones y las leyes es una irresponsabilidad? Sí, pero puede estar mitigado por circunstancias excepcionales si la empresa no se aprovecha de los beneficios del pago de impuestos por el resto de la sociedad. Muy excepcionales.
En el mencionado artículo decíamos que:
“Dirán que es culpa de la elevada carga fiscal que tiene EEUU que los hace pagar impuestos, sobre los beneficios domésticos y los que sean repatriados de otros países, a las tasas de EEUU (los competidores con sedes en los países del exterior pagan impuestos, en general, a menores tasas). Pero Pfizer no tendrá empacho en aprovechar toda la infraestructura intelectual, social, económica y física que le ofrece EEUU y por la cual no harán la contribución que les toca vía los impuestos. Sí, pagan por la mano de obra, pero no pagan su parte del costo que ha tenido para el país el desarrollo de capital humano e intelectual. Sí, pagarán algo por los servicios de transporte pero ello no cubre el costo que el estado incurre en proporcionar la infraestructura física para todos. Les vendrá muy bien la seguridad jurídica y física que existe en el país, pero no pagarán su cuota parte de esos costos. Tendrán los beneficios de operar en EEUU pero no cubrirán los respectivos costos. Los costos los tendrán que pagar los contribuyentes que no pueden o no quieren “eludir impuestos”. Habrá una transferencia de recursos de los contribuyentes del país (EEUU) a los accionistas y dirigentes de Pfizer (alguien debe recibir alguna bonificación por esto) y a la sociedad de Irlanda”.
Y esto es eludir la responsabilidad ante la sociedad, como la hemos conceptualizado arriba.
P.S. Ya algo parecido a la localización de las empresas sucede a título personal con lo del pasaporte. Es muy conveniente disfrutar de los beneficios que confiere el pasaporte, por ejemplo de algún país europeo por el hecho de ser hijo o nieto o casado con un hijo o nieto de un europe@ siendo no residente en ese país, pero sin compartir los costos que conlleva la gestión de ese país, que incluye la protección que les otorga como ciudadanos y el acceso libre a otros países. Se puede contrastar esa posición con la de otros países como EEUU en que la adquisición del pasaporte es solo posible con la adquisición de la nacionalidad por nacimiento o naturalización y que automáticamente conlleva al paso de impuestos sobre todos los ingresos, independientemente del país donde se generan y de otras nacionalidades que pueda tener la persona.
Antonio Vives
Con un Ph.D. en Mercados Financieros de Carnegie Mellon University y con una trayectoria como profesor en 4 escuelas de negocios, Antonio Vives es actualmente catedrático y consultor en la Stanford University. Socio Principal de Cumpetere. Ex-Gerente de Desarrollo Sostenible del Banco Interamericano de Desarrollo. Creador de las Conferencias Interamericanas sobre RSE. Autor de numerosos articulos y libros sobre RSE y del blog Cumpetere en español.