El lanzamiento del documental Blackfish dirigido por Gabriela Cowperthwaite en 2013, puso la sombra del escándalo sobre los espectáculos de orcas presentados por Sea World, por lo que la compañía ha tenido que defenderlos en numerosas ocasiones asegurando que los 28 animales que se encuentran en cautiverio dentro de sus diferentes parques no sufren ningún tipo de maltrato, pero sus argumentos parecen no ser suficientes para limpiar su imagen.
Ahora la compañía no sólo pretende construir tanques de mayor tamaño para las orcas que mantiene en cautiverio, sino también se ha comprometido a donar nada menos que 10 millones de dólares a favor de la investigación y la conservación de estos animales en el mundo; aunque aparentemente esto responde a notables perdidas económicas debido a la polémica.
El presidente ejecutivo de Sea World, Jim Atchison señaló recientemente en un comunicado que el acceso sin precedentes que sus parques han ofrecido al público para conocer a los mamíferos marinos, ha incrementado el conocimiento de los océanos, por lo que las nuevas casas para las orcas y las iniciativas de investigación que pretenden apoyar busca fomentar la comprensión global de estos animales, educar e inspirar esfuerzos de conservación.
Aunque estas acciones se perciben como medidas reactivas y no como iniciativas voluntarias para implementar la responsabilidad corporativa a su modelo de negocio, Sea World espera convencer a un público más amplio de la ausencia de maltrato animal dentro de las instalaciones y de la inexistencia de riesgo para sus entrenadores.
La percepción de una medida reactiva por parte de Sea World se ha visto reforzada por el anuncio de sus ganancias la semana pasada, en donde reportó resultados que decepcionaron a los analistas y reconoció que la asistencia en el ultimo trimestre se ha visto también afectada por el protagonismo que ha tenido en los medios estadounidenses una nueva propuesta de ley en California, en la que se pretende prohibir los espectáculos con ballenas.
El primero de los nuevos tanques será construido en San Diego y se completará en 2018, tras lo cual se podrán inaugurar las transformaciones de Orlando y San Antonio.
