Por: Emilio Guerra Díaz
Por experiencias en las que he participado puedo afirmar que teóricamente confluir en redes implica para la institución participante que la colectividad le ahorre trabajo, le agregue valor, le simplifique pasos el cumplimiento de su misión, disminuya la curva de aprendizaje de sus noveles directivos o fortalezca su gestión administrativa. Sin embargo a menudo sucede lo contrario. Las fundaciones y organizaciones de la sociedad civil que son convocadas a participar en redes terminan con más trabajo y pronto se verán esforzándose por sus metas con el agregado de colaborar con las que se ha propuesto el grupo.
Las fundaciones empresariales no escapan a este tipo de convocatorias para participar en grupos o redes so pretexto de establecer un diálogo entre iguales, atender una necesidad específica, co-invertir o incluso incidir en el diseño y ejecución de políticas públicas. En algunas ocasiones estas redes pueden provenir de esfuerzos desde la metodología de la RSC, o incorporar intereses sobre cómo las fundaciones empresariales, apoyan a sus propias empresas en los fines de vinculación con la comunidad o reputación corporativa.
Al menos en los últimos años se tiene por ejemplo algunos casos interesantes en materia de convocatoria a fundaciones. Hace 7 años por ejemplo, se tuvo la Alianza Mexicana de Fundaciones, propuesta por Salvador Domínguez y que estuvo activa más o menos año y medio. Por su parte, el Centro Mexicano para la Filantropía ha tenido esfuerzos intermitentes, por ejemplo, las primeras reuniones que organizó en la primera década de este siglo, donde participaron fundaciones empresariales.
Posteriormente, la modalidad de aquella red se transformó en aceptar a todas las “entidades donantes”, para no solamente convocar fundaciones empresariales, sino también las comunitarias, independientes y familiares que desearían participar, como también programas de Responsabilidad Social Empresarial, cuyo renglón Inversión Social, querían fortalecer. Hoy ese grupo recibe atención especial y por su relevancia en la reunión anual del Cemefi se ofrece una jornada de reflexión especial para donantes, por cierto, de gran interés y con expositores de primera línea.
En el rubro de organizaciones de sociedad civil se registran varias experiencias: Red por los Derechos Humanos, por los Derechos de la Infancia, Contra la Discapacidad, a favor del Adulto Mayor, Red de Voluntariados de Salud, Red para el Desarrollo Comunitario, Contra las Adicciones, etc.
Los propósitos por parte de las fundaciones empresariales y “entidades donantes” para trabajar en red son múltiples y diversos. Señalaremos tan solo algunos:
• Alentar la co-inversión, pues se piensa que así como la empresa focaliza sus recursos a través de su programa o inversión, la red puede ayudar a no duplicar esfuerzos. Destaca el hecho de querer regionalizar y sectorizar los recursos económicos para elevar el impacto social de esas acciones
• Compartir metodologías y destrezas administrativas. Aquí se busca garantizar la eficiente selección de proyectos que serán beneficiarios por la aportación de recursos de inversión
• Fomentar una actividad concreta o su profesionalización, así las fundaciones BBVA Bancomer y de Cinépolis están impulsando una Red de Voluntariado Corporativo
• Reflexión sobre el papel del donante, a pesar de que es un tema de relevancia pocas fundaciones se reúnen en redes habitualmente para analizar qué está sucediendo en torno al estado de la filantropía, pero en cambio, cuentan con foros y encuentros que abren estos espacios
• Fortalecer la gestión y administración de fondos. Ayudar a que colegas que recién se han incorporado a la gestión de fundaciones adquieran las habilidades necesarias para un adecuado desempeño, pero también advertir procedimientos adecuados para seleccionar, acompañar y evaluar los proyectos que sus instituciones han financiado
• Compartir experiencias, buenas prácticas y por qué no, aprender de los errores cometidos
• Defender los intereses fundacionales pues en ocasiones las políticas públicas pudiesen atentar contra el sector filantrópico y de las fundaciones y “entidades donantes”, el caso más cercano fue el intento del Presidente Calderón de dar a las organizaciones sin fines de lucro, de servicios a terceros, por dar un trato de “empresas sociales” y por lo tanto tendrían que ser contempladas como contribuyentes en los primeros días del Impuesto Empresarial de Tasa Única (IETU)
Entonces ¿Conviene evitar participar en una red? Desde luego que no. Más bien es un problema de gestión y el propósito de estas líneas es subrayar la necesidad de que la red sea administrada por personal dedicado 100% a la gestión y administración de ella debido a que tendrá que generar servicios para sus miembros y no que los miembros además de su trabajo ahora realicen actividades a favor del grupo.
Por ello es grato observar cómo la RSC y el trabajo de fundaciones empresariales y proyectos de inversión social se van reproduciendo en el país, como ocurre ahora con empresas tamaulipecas.
Así, la semana pasada se dio a conocer la creación de la Red2, “una agrupación que reunirá a empresas socialmente responsables (de los dos Laredos) por su convicción de querer realizar acciones para beneficiar a la comunidad” (Diario El Mañana, agosto 4).
Además la nota señala que los miembros de la naciente Red2, habrán de trabajar en fecha próxima con integrantes de la Red Laguna, “integrada por empresas de la zona de Torreón, Coahuila, como Lala, Cemex, Universidad Iberoamericana, Universidad Tecnológica de Torreón, Tyson, Club Santos Laguna, Honda, Peñoles y OMA” (ídem), que por cierto del 5 al 7 de septiembre llevarán a cabo el II Encuentro Regional de RS y Mejores Prácticas en la Universidad Iberoamericana de Torreón.
Otro ejemplo de trabajo en red, sectorizado y regionalizado es la iniciativa que anunciaron Quaker, la Fundación Pepsico México y UNICEF. En este caso conviene destacar la disposición de trabajar con otros sectores también. Así la alianza buscará unir esfuerzos para apoyar la nutrición infantil del sector público y privado para atender 59 de los municipios más pobres del estado de Oaxaca y que cuentan con los menores índices de Desarrollo Humano. Las fundaciones empresariales invertirán para este proyecto 5 millones de pesos.
De esta manera, sectorizar y regionalizar los recursos de inversión de una red resulta ser una estrategia muy funcional ya que por un lado permite que empresas y fundaciones que por su propia actividad desean dirigir su inversión a determinadas causas sociales puedan evitar la dispersión de sus recursos y en cambio fortalezcan también el sentido comunitario para que los propios miembros de su comunidad se apropien de las iniciativas apoyadas y desarrolladas tanto por las fundaciones como de sus empresas.
Desde el Consejo Directivo
Se vislumbra un fin de año lleno de actividades de interés para la RSC, sus programas de inversión y para las organizaciones filantrópicas. Tan sólo en las próximas semanas se tendrá:
• Taller de Voluntariado para organizaciones que ofrece Roberto Zárraga de la Fundación Nosotros los Jóvenes en la sede de la Junta de Asistencia Privada del DF;
• El II Encuentro de RS y Mejores Prácticas de la Comarca Lagunera del 5 al 7 de septiembre;
• La III Feria Nacional de Voluntariado el 8 de septiembre en las instalaciones del IPN de la ciudad de México;
• El I Foro Nacional de Liderazgo Social en Chihuahua;
• El Instituto Mexicano del Arte al Servicio de la Educción ofrece el Diplomado de Educación Estética el 14 de septiembre y,
• En Pachuca, Hidalgo tendrá lugar el VI Foro Regional de Fomento a las OSC
La recomendación del Consejo Directivo en pleno fue: “hay que asistir” y pidieron al Director Ejecutivo que su personal se inscriba y participe en alguno de estos eventos.
Emilio Guerra Díaz
Emilio Guerra cuenta con amplia experiencia en la Gestión de la RSC, destacando su trabajo en el área de vinculación con la comunidad que potenciar la inversión social empresarial. Ha gerenciado fundaciones empresariales.