Para solucionar el problema de contaminación atmosférica que afecta a la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) es necesario tomar medidas que ataquen todas fuentes de contaminación relevantes y que se enfoquen en acciones a corto, mediano y largo plazo, señaló el Centro Mario Molina, asociación ciivl dedicada a la investigación en temas relacionados con la protección del medio ambiente, el uso de la energía y la prevención del cambio climático, fundada por Mario Molina, Premio Nobel en Química en 1995.
En el documento Soluciones de fondo para mejorar la calidad del aire del Valle de México, publicado este jueves, el centro de investigación propone seis líneas de acción para reducir la emisión de contaminantes.
1. Acelerar el desarrollo de sistemas de transporte público de bajas emisiones
A pesar de contar con un sistema de transporte público masivo en la ZMVM —que incluye el Metro, el Metrobús, el Tren Ligero, el Mexibús, y el tren suburbano—, hasta un 60% de los traslados en transporte público son efectuados en transporte concesionado operado por particulares. Este incluye a 35,000 microbuses, que en promedio tienen más de 20 años de antigüedad y son muy contaminantes.
El centro propone eliminar el esquema de concesión individual de transporte público, para conformar corredores con operación empresarial de la flota, donde se aprovechen las nuevas tecnologías de la información para el monitoreo y gestión del servicio, se incorporen vehículos de bajas emisiones, y se cuente con operadores profesionales.
Por otra parte, también se sugiere sostener en los próximos 10 años una tasa de expansión anual de los sistemas de transporte masivo de por lo menos 40 km por año, y la integración entre los sistemas de transporte de la Ciudad de México y el Estado de México, incluyendo un modo de pago único.
2. Promover el uso racional del automóvil
Cambiar el patrón de movilidad en la ZMVM, que privilegia el uso del automóvil privado, requerirá del diseño e implementación de políticas para restringir el uso de transporte privado, como las siguientes:
-Establecer un precio a los combustibles que refleje los impactos ambientales y en salud que genera su uso.
-Establecer tarifas que desalienten el uso del automóvil.
-Limitar los espacios para estacionamiento.
-Establecer cargos por congestión.
-Implementar un impuesto asociado al valor dimensiones y emisiones del vehículo.
También se sugiere incrementar los incentivos para la adquisición de vehículos eléctricos e híbridos; implementar un programa de cambio de convertidores catalíticos, en primera instancia orientado a los automóviles dedicados al servicio público de pasajeros, pero potencialmente también a los automóviles privados, y aplicar un programa para instalar trampas de partículas en autobuses que no cuenten con sistemas de control de emisiones.
3. Reducir las emisiones del transporte de carga
Para reducir el impacto del transporte de carga, se propone actualizar las normas, programas y medidas que apoyen la integración de sistemas de transporte de carga, y desarrollar normas en materia de control y verificación de las emisiones de partículas y óxidos de nitrógeno de los vehículos con motor a diésel.
También establecer procesos de verificación e inspección físico-mecánica eficientes. En especial, se recomienda iniciar los trabajos de investigación y desarrollo para introducir la prueba dinámica, la medición de partículas y óxidos de nitrógeno, además del procedimiento de prueba basado en sistemas de diagnóstico a bordo (tipo OBD-II).
Por último, se recomienda establecer horarios y rutas para el ingreso y circulación del transporte de carga en la ZMVM.
4. Actualizar las normas de verificación vehicular
La introducción obligatoria del sistema OBD-II, que permite diagnosticar el funcionamiento de varios equipos centrales para un correcto desempeño del automóvil, es deseable, ya que complementa los datos de emisión arrojados por el dinamómetro que se usa en los verificentros.
Sin embargo, hay que tomar en consideración que solo los vehículos posteriores a 2006 cuentan con el sistema, y que este, al igual que cualquier computadora es manipulable, como lo demostró el caso Volkswagen de truqueo de la medición de emisiones.
Actualmente, el Centro Mario Molina lleva a cabo un estudio para identificar y proponer mejoras para los sistemas de verificación, así como para identificar estrategias para el combate a la corrupción.
5. Reducir las emisiones contaminantes de las industrias
El Centro propone revisar las sanciones y medios de verificación de los límites de emisión, y actualizar los criterios para la clausura o reubicación de fuentes emisoras. Además, se sugiere un programa de actualización de los límites máximos permisibles de fuentes fijas en un enfoque multicontaminante.
En concreto, es necesario publicar de forma inmediata la actualización de la NOM-043-2003, para que esta incluya límites no sólo para partículas suspendidas totales, sino también para las emisiones de partículas suspendidas finas.
6. Contener la expansión de la mancha urbana
Algunas recomendaciones en el ámbito de la planeación urbana incluyen el desarrollo de un Programa de Ordenamiento Territorial a escala megalopolitana, y la actualización del Programa General de Desarrollo Urbano de la Ciudad de México, que integren la planeación urbana y la ambiental en un sólo instrumento.
Dichos programas deberán tener un enfoque que fomente la ciudad compacta, la mezcla de usos de suelo, y la consolidación de policentros, y que por ende ayude a la desconcentración de actividades y viajes.
Fuente: Expansión