Según la definición del Programa Ambiental de las Naciones Unidas (UNEP por sus siglas en inglés), es “la aplicación continua de una estrategia ambiental preventiva e integrada a los procesos productivos, los productos y los servicios, tendiente a reducir los riesgos relevantes para los humanos y el medio ambiente”, y de esta forma incrementar la eficiencia y competitividad de las organizaciones.
Estas acciones se iniciaron durante los 80’s donde las organizaciones las aplicaban de manera correctiva, una etapa que se conoció como “método de final de tubo” porque consistía en que el proceso era el mismo pero se realizaba un único tratamiento y en la última etapa del proceso con el fin de reducir el impacto que pudieran ocasionar al medio ambiente. La diferencia con la P+L radica en introducir principios de prevención y de mejoramiento continuo en las diversas etapas de los procesos para minimizar los aspectos negativos hacia el medio ambiente.
Los beneficios de la P+L son diversos, además de la protección del ambiente, esta forma de producción favorece la reducción de los costos de las empresas, el mejoramiento del entorno físico, las condiciones laborales de los trabajadores y el crecimiento económico ya que cada vez es más frecuente que los mercados mundiales exijan la implementación de buenas prácticas ambientales como elemento diferenciador al momento de adquirir productos; de esta forma la P+L, puede ser una parte estratégica de la administración empresarial actual.
Principio de prevención
Se refiere a la forma en que una organización analiza los impactos ambientales de sus procesos, buscando el origen de estas fallas y las posibles soluciones por medio de la implementación de estrategias reales, el uso de nuevas tecnologías más limpias y la aplicación de procedimientos, todo esto conocido como buenas prácticas ambientales.
Se puede decir que este “principio de prevención” es un muy básico sistema de administración ambiental que se adecua a la manera en que opera una organización y posibilita su mejoramiento, por lo que debe ser implementado, coordinado y evaluado individualmente para cada organización acorde a su actividad comercial, infraestructura física, capacidad tecnológica, cultura corporativa, clima organizacional, etc.
Cuál es el mejor camino para que una organización comience con este principio de prevención. La clave está en utilizar una metodología de mejora continua que le permitirá definir cuáles son las acciones más convenientes a seguir, y es relativamente sencillo si se toma como base el ciclo PHVA: Planear, Hacer, Verificar y Actuar; como indicadores de cumplimiento, que guían el proceso con el fin de garantizar que los objetivos en materia de P+L tiendan hacia el mejoramiento continuo y lograr un menor impacto ambiental además de generar ahorros económicos para la organización.
Existen varios modelos de administración ambiental, aunque el más conocido sea uno perteneciente a la familia de las normas ISO 14,000. Es importante destacar, que la norma ISO 14,001, es la relativa al sistema de gestión ambiental, otras normas de esta familia tiene que ver también con medio ambiente (etiquetado, ciclo de vida, etc.)
Uno de los objetivos principales de la norma ISO 14,001 es establecer una metodología para promover en las organizaciones diversas estrategias corporativas que contemplen proyectos a largo plazo para minimizar el impacto en el medio ambiente, en los que el compromiso de la gerencia y dirección es factor esencial para garantizar la capacidad de gestión y autodeterminación para su correcta implementación y consolidación a lo largo del tiempo.
Colaboración Oficina Verde