Ser verde, un requisito del olimpismo

En la década de los 90, la preocupación por el medio ambiente comenzó a sentirse en la sociedad en general y en el olimpismo no fue la excepción, pues a partir de 1994 el Comité Olímpico Internacional ha buscado que los Juegos Olímpicos sean respetuosos del medio ambiente.

Esta idea nació debido a los efectos adversos del calentamiento global. El cambio climático, el adelgazamiento de la capa de ozono, la pérdida de diversidad biológica, la contaminación atmosférica, la contaminación de los mares y los recursos naturales, entre otros, tienen impactos ambientales, sociales y económicos negativos importantes, por lo que ciudadanos, gobiernos, autoridades internacionales y organizaciones ambientales exigen la protección y cuidado del medio ambiente.

Y es que muchas organizaciones han criticado los efectos negativos de una actividad deportiva como los Juegos Olímpicos, que se dan por las transformaciones urbanas, de infraestructura y paisajísticas que sufren las ciudades sede.

Debido a ello el COI, a partir de 1990 se encarga de fijar criterios ambientales de carácter global, nacional e individual para minimizar los impactos y prevenir las protestas de ciudadanos y grupos ecologistas.

Reglas verdes en el organismo olímpico

Estas reglas establecen estándares de protección ambiental que consideran el diseño y construcción de infraestructura, el control y reciclaje de residuos, el control de emisiones, la organización y eficiencia del transporte, la reforestación, el paisaje y el medio ambiente urbano, el uso del suelo, la conservación de los recursos hídricos, la eficiencia energética y especialmente la participación ciudadana a través de la comunicación con la comunidad, empresas y grupos ecologistas.

Los inicios de los programas ecológicos

De acuerdo con datos del sitio de Internet del COI, en 1994, durante los Juegos Olímpicos de Invierno en Lillehammer, Noruega; Juan Antonio Samaranch, presidente del COI, firmó un acuerdo de colaboración con la ONU sobre el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y desde entonces el COI es invitado a las reuniones del Consejo Ejecutivo del PNUMA y participa en proyectos relacionados con el deporte y el medio ambiente.

Desde los Juegos de Atlanta en 1996, la premisa del desarrollo sustentable ha estado presente en los Juegos, aunque no fue hasta las olimpiadas de Atenas 2004, donde el COI planteó requisitos medioambientales para los juegos, que tuvieron una fuerte participación de la sociedad en este tema. En 1997, el COI publicó un Manual sobre deporte y el medio ambiente.

Según un reporte del COI del 2009, para los juegos de verano de Beijing 2008, la ciudad se vio obligada a diseñar un programa de cinco años para disminuir los problemas de contaminación y preparar a la ciudad para dicha justa olímpica.

Entre las medidas tomadas se evitaron construcciones que generaran polvo y cerraron fábricas en la ciudad y regiones aledañas, todo con el objetivo de lograr el concepto de unos juegos verdes, lo cual ha sido un punto en el que han puesto énfasis las ciudades candidatas a organizar unos juegos.

Según la Comisión de Medio Ambiente y deporte del COI, los Juegos de Invierno de Vancouver 2010 fueron los primeros en crear un Departamento de Sustentabilidad, el cual se encargó de manejar el impacto social, económico y ambiental de los juegos, además de crear acciones que dejaran un beneficio de forma tanto local como global.

Londres y el discurso del medio ambiente

En tanto, para los Juegos Olímpicos de Londres 2012, el Comité Organizador ha realizado ya un plan de sustentabilidad, el cual busca que haya un real beneficio de los juegos en este sentido. El plan está estructurado de acuerdo con cinco prioridades: cambio climático, basura, biodiversidad, inclusión y vida sana.

Y en nuestro país…

En México, el Comité Olímpico Mexicano, a través de la Asociación de Olímpicos Mexicanos, ha buscado colaborar con este tema y ha utilizado su liderazgo al participar en programas de reforestación y pláticas ambientales en escuelas, con el fin de concientizar a la sociedad en este tema.

Fuente: El Economista, Panorama deportivo, p.53.
Reportero: Cristina Sánchez.
Publicada: 30 de noviembre.