Actualmente el gigante de la moda SHEIN es sinónimo de precios bajos, lo cual ha llevado su negocio a obtener millones de compradores al día. Este imperio distribuye moda ultrarrápida en todo el mundo desde China. A pesar de carecer de tiendas físicas, la marca presume de una facturación anual estimada en más de 10.000 millones de dólares. greenwashing
Sin embargo, bajo el encanto de la accesibilidad y la rapidez se esconde un desastre ético y ecológico. Muchas organizaciones ambientalistas han señalado a Shein y otras marcas de fastfashion como las peores compañías tanto para consumir como para trabajar. Por ello, la moda rápida enfrenta una presión cada vez mayor para abordar su impacto ambiental y la transparencia en su comercialización.
Recientemente la agencia antimonopolio de Italia ha iniciado una investigación sobre el operador del sitio web de Shein, Infinite Styles Services Co., por afirmaciones medioambientales potencialmente engañosas. Pero ¿De qué tanto se le acusa? ¡Entérate aquí!
SHEIN ¿una marca sustentable?
No es la primera vez que expertos señalan que el modelo de negocio de moda ultrarrápida de SHEIN contribuye significativamente a la degradación medioambiental a través de su producción exhaustiva, su distribución mundial y los residuos resultantes.
Sin embargo esta vez es distinto ya que están de por medio acciones legales que podrían llevar a la marca a la desaparición.
La investigación que se pretende iniciar se centra en Infinite Styles Services CO. Limited. Acusa al sitio web de Shein de intentar
“transmitir una imagen de sostenibilidad productiva y comercial de sus prendas mediante afirmaciones ambientales genéricas, vagas, confusas y/o engañosas»
Comunicado de la Agencia antimonopilio
Se acusa a la marca de proporcionar información engañosa sobre las fibras “verdes” de la colección “evoluSHEIN”. También de omitir detalles sobre la no reciclabilidad de la ropa. Y de enfatizar sus compromisos de descarbonización mientras sus informes de sostenibilidad muestran un aumento de las emisiones.
Ante tales acusaciones los directivos de Shein declararon que están dispuestos a cooperar abiertamente con las autoridades italianas pertinentes, proporcionando el apoyo y la información necesarios para abordar cualquier consulta.
Una respuesta bastante tranquila y confiada, sin embargo, pareciera que solo están esperando el duro golpe de la auditoria pues se ha comprobado que la marca emplea a menudo en sus colecciones materiales perjudiciales para el medio ambiente, como el poliéster y la poliamida.
De acuerdo a la información emitida por Greenpeace, estas opciones económicas son notorias por verter microplásticos en nuestros océanos y ecosistemas a lo largo de su ciclo de vida, agravando el ya crítico problema de la contaminación por plásticos.
En abril del 2024, un equipo de investigación compuesta por Greenpeace África y Greenpeace Alemania realizaron un viaje de investigación a Kenia y Tanzania para descubrir dónde termina mucha de la ropa barata producida por las marcas de moda ultra rápida una vez que termina su corta vida: en enormes basureros, quemada en fogatas, a lo largo de las riberas de los ríos y arrastrada al mar, con graves consecuencias para las personas y el planeta.
Greenwashing de SHEIN
Luego de varios intentos por lavar su imagen han sacado la línea “EvoluSHEIN” en la que según afirman, incluye poliéster reciclado. Lo cual conlleva un etiquetado como alternativa más ecológica a los nuevos materiales sintéticos. Sin embargo, la industria textil reciclada está plagada de denuncias de prácticas fraudulentas, lo que arroja dudas sobre la verdadera sostenibilidad de estas prendas.
Según la información del periódico The Guardian, en junio del 2024 la marca anunció cumbre mundial de la moda de esta semana en Copenhague una donación de $15 millones de dólares a una ONG que trabaja con empleados de desechos textiles en Ghana.
Ante esto no todos quedaron convencidos con el gesto. “Esto fue un lavado de imagen público”, dijo un asistente que pidió permanecer anónimo pero que se hizo eco del sentimiento de varios en la cumbre que creen que la reducción de la producción de moda rápida es la respuesta.
“Esto es demasiado fácil para Shein; es demasiado pronto para llamarlos líderes aquí. Han sido valorados en $100 mil millones, tienen millones de sobra. Deberían estar abordando la causa raíz del problema”.
Anónimo.
Entre otras acusaciones también explotan a sus trabajadores
Además, no sólo se le ha acusado de ser una de las empresas textiles más contaminantes, también se han revelado las condiciones de trabajo que tienen en sus miles de talleres. Las han considerando inseguras, con mano de obra mal pagada y jornadas laborales excesivas. Lo que podría interpretarse como trabajo forzoso indirecto en la cadena de suministro de SHEIN, donde al trabajador no se le paga por hora, sino por prenda.
Esto vincula los ingresos de los trabajadores directamente a su velocidad de producción, lo que lleva a escenarios en los que pueden trabajar hasta 13 horas al día o 75 horas a la semana sin la garantía de asegurarse un salario digno. Este exigente horario prima la cantidad sobre el bienestar, ejerciendo una presión excesiva sobre los individuos de la cadena de producción.
El consumo de textiles tiene el cuarto mayor impacto sobre el cambio climático y el medio ambiente. Esto nos lleva a reflexionar sobre los hábitos de consumo pero sobre todo la regulación de la producción de grandes marcas como SHEIN.
Es inaceptable que las empresas no sean transparentes acerca de sus procesos y la sostenibilidad de los mismos. Ahora solo queda esperar cuales son los resultados de las investigaciones que se realizarán. Esperando que a partir de ellos se generen estrategias reales para afrontar el inevitable cambio climático y su responsabilidad ante ello.