En un cambio que no sorprende, la compañía petrolera Shell bota compromisos climáticos y ha anunciado bajo el liderazgo de su nuevo director ejecutivo, Wael Sawan, que invertirá $40 mil millones en producción de petróleo y gas entre 2023 y 2035, en comparación con los $10 mil millones a $15 mil millones destinados a productos «bajos en carbono», según informa The Guardian.
Anteriormente, la compañía energética se había comprometido a reducir gradualmente su producción de petróleo, lo que representaba un importante paso hacia la transición hacia fuentes de energía más sostenibles y menos contaminantes.
Ganancias antes de cambio climático, prioridad de Shell
En un momento en el que se requieren esfuerzos conjuntos para cumplir con los objetivos establecidos en el Acuerdo de París, limitando el aumento de la temperatura global a 1.5°C, la decisión de Shell de mantener la producción de petróleo socava los avances hacia una economía baja en carbono.
Los combustibles fósiles, como el carbón, el petróleo y el gas, son responsables en gran medida del calentamiento global, ya que representan más del 75% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y casi el 90% de todas las emisiones de dióxido de carbono. Sin embargo, las nuevas decisiones de Shell ponen en riesgo la limitación del calentamiento y la preservación de un planeta habitable.
Desde que Sawan asumió el cargo como director ejecutivo de Shell, ha enfatizado su intención de generar rendimientos financieros para los inversores. Durante una reunión con inversores en la Bolsa de Nueva York, manifestó su deseo de «recompensar a nuestros accionistas hoy y en el futuro». Aunque afirmó que tenía la intención de reducir las emisiones, también destacó repetidamente su creencia de que el petróleo y el gas serán necesarios a largo plazo.
Shell mantendrá producción de fósiles
En su estrategia presentada en 2021, Shell afirmó que esperaba una reducción gradual en la producción de petróleo de alrededor del 1-2% cada año, incluyendo desinversiones y declive natural. Sin embargo, bajo la nueva dirección, la empresa ha decidido enfocarse en los combustibles fósiles y aumentar los pagos a los accionistas.
Shell argumentó el 14 de junio que su estrategia anterior no implicaba un compromiso firme de reducir constantemente la producción de petróleo. De hecho, afirmó que había logrado su objetivo de reducir la producción mucho antes de lo esperado mediante la venta de su participación en un proyecto en la Cuenca Pérmica de Texas.
La producción diaria de petróleo de Shell fue de 1.9 millones de barriles en 2019. Sin embargo, debido a este cambio de enfoque, la producción ha disminuido a 1.5 millones de barriles por día, lo que representa una reducción del 21%. A pesar de ello, un portavoz de Shell afirmó que su objetivo de reducir la producción de petróleo para 2030 sigue siendo válido y no ha cambiado.
Liderazgo energético no pertenece a gigantes petroleros
El mismo día en que Shell bota compromisos climáticos, la Agencia Internacional de Energía (AIE) publicó un informe destacando que el pico de la demanda mundial de petróleo se alcanzará antes del final de la década. La AIE hizo hincapié en la necesidad de detener de inmediato el desarrollo de nuevos campos de petróleo y gas para lograr el objetivo de cero emisiones netas de carbono para 2050 y evitar los efectos devastadores del cambio climático.
«El cambio hacia una economía de energía limpia se está acelerando, con un pico en la demanda mundial de petróleo en el horizonte antes del final de esta década a medida que avanzan los vehículos eléctricos, la eficiencia energética y otras tecnologías».
Fatih Birol, director ejecutivo de la AIE.
Carla Denyer, colíder del Partido Verde del Reino Unido, calificó el anuncio de Shell como un acto de vandalismo climático, argumentando que las compañías de combustibles fósiles no pueden liderar el camino hacia un futuro más verde sin un liderazgo político por parte de los gobiernos nacionales.
Estos eventos subrayan la necesidad de un enfoque urgente en la transición hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles. A medida que avanzamos hacia un futuro más sostenible, es fundamental que se tomen medidas significativas tanto por parte de las empresas como de los gobiernos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y abordar el cambio climático de manera efectiva. El liderazgo en el sector energético debe trascender a los gigantes petroleros y enfocarse en soluciones y tecnologías que impulsen una economía baja en carbono.