Además de estudios enfocados en la sustentabilidad, varias universidades impulsan la cultura medioambiental en sus campus
Conoce las historias de cuatro compañías cuya misión es producir beneficios ambientales y para las cuales su paso por las instituciones académicas jugó un papel fundamental a la hora de profesionalizarse.
EcoEsfera
Con la intención de atender la necesidad de crear pulmones verdes dentro de las grandes ciudades surgió la empresa EcoEsfera, incubada en la Universidad Tecnológica de México (Unitec) y dedicada a construir azoteas y muros verdes.
«Proponemos que en la terraza o azotea de tu inmueble hagas un jardín natural que va a generar este efecto de convertir el CO2 en oxígeno y, al mismo tiempo, beneficios ambientales como retención de 150 partes por millón de CO2 por metro cuadrado», explica Mauricio Altamirano, director comercial de la empresa y socio fundador.
Como este tipo de iniciativa ya existía se centraron en ser económicamente accesibles para más gente, al reducir costos y ofrecer la posibilidad de implementar estos espacios a partir de un metro cuadrado.
«Lo logramos mediante una patente de un sistema modular desarrollado, logrando un 60 por ciento de ahorro en costo por metro cuadrado y una instalación muchísimo más eficiente», menciona el ingeniero industrial del Tecnológico de Monterrey Estado de México.
Desde hace un año y medio, los 10 integrantes de la empresa han instalado cerca de 2 mil metros cuadrados de azotea verde y unos 400 de muro verde.
Según Rodolfo Hurtado, director de proyectos de EcoEsfera, el proceso de incubación en Unitec fue fundamental para el desarrollo de la empresa.
«Nos ayudó a desarrollarla desde el punto de vista financiero, científico y legal, nos dio el apoyo y difusión para crecer inscribiéndonos a diferentes concursos».
Cultiva Ciudad
El Programa de Emprendedores Ambientales de la Universidad del Medio Ambiente (UMA) le sirvió a Gabriela Vargas para entender el proyecto que ya llevaba varios años desarrollando como una empresa y un negocio sustentable y atreverse a dar el salto para formar su propio negocio.
Así fue como creó Cultiva Ciudad, un proyecto dedicado a la agricultura urbana que busca establecer alianzas a través de los distintos sectores de la sociedad para poder ser aplicado en cada Delegación del Distrito Federal.
«Empecé cultivando en la ventana de mi departamento y de ahí seguí en la escuela de mi hija y en otras escuelas, y luego fundé Sembradores Urbanos. Cuando se cerró ese ciclo abrí Cultiva Ciudad», señala Vargas.
Tras su paso por la universidad, entre sus prioridades ahora están establecer una estructura administrativa clara y ordenada que le permita crecer de forma ordenada.
«En Tlatelolco vamos a desarrollar un centro demostrativo de distintas ecotecnias urbanas y vamos a tener un bosque comestible urbano», indica.
Ekologi
Partiendo de una demanda de biofertilizantes insatisfecha en el sector agrícola y de la idea de ofrecer un producto económico y amigable con el ambiente, Adrián Villa Santiago y Kevin Aguirre Valdez arrancaron Ekologi, empresa ideada en la Universidad Tecnológica de México (Unitec).
«Aprovechamos el potencial de la basura orgánica, que representa hasta 52 por ciento de toda la basura que se genera a nivel mundial, usamos residuos orgánicos para producir biofertilizante», afirma Villa Santiago, alumno de Ingeniería Industrial y de Sistemas de la Unitec campus Ecatepec y director de Ekologi.
Tras inscribir el proyecto en el Premio Emprendedores 2011, un premio interno de Unitec, y ganarlo, pasaron a la fase mundial del «Premio Global al Emprendimiento James McGuire», organizado por la Red Laureate International Universities (a la cual pertenece Unitec), donde también obtuvieron el primer lugar y un financiamiento de 50 mil dólares con el que arrancaron la primera fase.
Los jóvenes empezaron a crear el biofertilizante a través de un biodigestor que instalaron en la Unitec, en el cual, mediante un proceso donde actúan bacterias aeróbicas, logran degradar los residuos orgánicos en tres semanas, cuando normalmente se tardan tres meses.
Villa Santiago afirma que para llevar a cabo este proyecto la asesoría de la incubadora de la Unitec fue fundamental.
«Nos apoyaron a través de asesores, especialistas en ramas sustentables y procesos técnicos para hacer nuestro biofertilizante, y también con las instalaciones para tener nuestra primera planta piloto.
«A través de esta incubadora hemos visto el camino correcto para implementar una empresa, desde los registros que se deben hacer hasta cómo administrarla, y en temas de mercadotecnia eficaz y cómo producir de manera eficiente», apunta.
Expresso Valle de Bravo
Haber cursado un Diplomado en Negocios y Sustentabilidad y la Maestría en Administración de Empresas Socio-Ambientales en la Universidad del Medio Ambiente (UMA) le sirvió a Óscar Sánchez para iniciar un negocio de trasportación de bajo impacto ambiental.
«Es una empresa de transporte turístico y ejecutivo y buscamos tener una operación neutra, para lo cual compramos certificados de captura de carbono a través de Pronatura. Cada mes medimos nuestro consumo de electricidad y las emisiones de nuestras unidades de transporte», menciona Sánchez, director general de Expresso Valle de Bravo.
Los tres vehículos con los que actualmente cuenta tienen motores diesel, lo que genera menos emisiones contaminantes.
Además, la empresa está comenzando a implementar el programa «Llévame a casa», que consiste en dar una semilla a los pasajeros para que siembren un árbol y, cuando éste mida unos 50 centímetros, los invitan a sembrarlo en la cuenca del Valle de Bravo.
Asimismo, durante los trayectos proyectan videos con contenido socioambiental para realizar campañas de sensibilización entre los usuarios.
«En la UMA me nutrí de elementos inspiradores para cambiar la manera de entender los negocios y cómo usar el poder de éstos para generar beneficios en muchas direcciones», afirma.
Acciones verdes
Además de estudios enfocados en la sustentabilidad, varias universidades impulsan la cultura medioambiental en sus campus.
Universidad del Medio Ambiente
Separan vidrio, aluminio, plástico, PET, papel y residuos orgánicos que se almacenan durante seis meses y posteriormente llevan al centro de acopio de Toluca para hacer composta.
No ofrecen comida chatarra ni carne roja, sólo productos locales y artesanales.
Usan iluminación LED.
El campus tiene un diseño y construcción sustentables.
Usan papel reciclado y controlan las impresiones que realizan.
No se permite fumar.
Unitec
Operan las campañas «Ya te pusiste las pilas» para invitar a la comunidad a reciclar las pilas y «Apaga la luz».
El campus Ecatepec cuenta con una planta de tratamiento de aguas residuales que se reutilizan en sanitarios y riego de áreas verdes.
Todos los laboratorios de Química, Fotografía, Serigrafía y Aerografía tienen reglamentos y controles para el adecuado desecho de los materiales tóxicos que generan.
Se celebran foros y conferencias en pro del cuidado del medio ambiente a las que han acudido personalidades como Mario Molina y Al Gore.
Todos los campus son 100 por ciento libres de humo de tabaco.
Tec de Monterrey campus Edomex
Separan papel y cartón, PET, vidrio, orgánico, plásticos y aluminio, pilas, móviles y electrónicos y residuos peligrosos como grasas, aceites y solventes.
Por medio de una bici estática planean generar energía para iluminar una oficina, cargar un móvil y una computadora.
Un plástico negro instalado en la azotea que concentra la energía solar y un sistema de vasos comunicantes consiguen que la temperatura de la alberca del campus se incremente en 2 grados.
Tienen una planta de tratamiento de aguas grises que reutilizan para el riego.
Realizan jornadas de sostenibilidad del campus y conmemoran fechas ambientales emblemáticas como el Día de la Tierra.
Todas estas acciones las registran en una plataforma de indicadores de sostenibilidad para controlar que cumplen con las metas impuestas.
Fuente: Reforma