Las autoridades suizas han lanzado una operación a primera hora de este miércoles para detener a siete altos cargos de la FIFA y extraditarlos a EE UU para que sean juzgados por corrupción, según informa el periódico estadounidense The New York Times. Están acusados de fraude, asociación delictiva y blanqueo de capitales. Por otro lado, la Fiscalía suiza ha abierto investigaciones sobre la concesión de los Mundiales de Rusia 2018 y Qatar 2022.
Agentes suizos los han arrestado en sus habitaciones del hotel de cinco estrellas Baur aur Lac, un lujoso edificio con vistas a los Alpes y al lago Zúrich donde los dirigentes se reúnen para su encuentro anual, que arranca el próximo viernes y donde habrá elecciones a la presidencia de la FIFA: hay dos candidatos, el actual presidente, Joseph Blatter, que aspira a su quinto mandato, y el príncipe jordano Ali Bin-AlHussein. «Esun día triste para el fútbol», ha declarado Bin-AlHussein. Tras pedir las llaves en conserjería, los agentes han ido a las habitaciones para proceder a las detenciones. El diario explica que un alto cargo de la FIFA (a quien no identifica) ha sido conducido por las autoridades desde su habitación a una puerta trasera para abandonar el hotel, permitiéndole llevar consigo su equipaje.
Los cargos que la Justicia de EE UU presenta contra los dirigentes del fútbol mundial giran en torno a la «corrupción generalizada durante las dos últimas décadas», en relación con las adjudicaciones de sedes para la Copa Mundial y a los acuerdos de mercadotecnia y derechos de explotación televisiva.
Según el periódico, que cita fuentes cercanas a la investigación, las acusaciones incluyen fraude, asociación delictiva y blanqueo de capitales, y van dirigidas contra «miembros del poderoso comité ejecutivo de la FIFA, que amasa un enorme poder y lleva a cabo sus negocios en gran medida en secreto».
Más de 10 dirigentes implicados
La operación del Departamento de Justicia de EE UU implica a más de 10 dirigentes del fútbol mundial, aunque no todos ellos se encuentran en Zúrich para asistir a la reunión. Entre ellos, siempre según The New York Times, están Jeffrey Webb, de las islas Caimán, un vicepresidente del comité ejecutivo; Eugenio Figueredo, de Uruguay, también vicepresidente y hasta 2014 presidente de la Conmebol; y Jack Warner, de Trinidad y Tobago, exmiembro del comité y presidente de la Concacaf entre 1990 y 2011.
La operación, por tanto, tendría graves implicaciones para el fútbol en el continente americano ya que, según la información publicada, dos de los detenidos son un expresidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) y otro de la Confederación de Fútbol de Norte, Centroamérica y el Caribe (Concacaf).
La Justicia estadounidense no presenta cargos contra el presidente de la FIFA desde 1998, el suizo Joseph Blatter, aunque las detenciones pueden suponer un escollo ante su reelección en las elecciones que se celebrarán el viernes y en las que opta a un quinto mandato al frente del fútbol mundial. Ayer mismo Blatter se reunió a puerta cerrada con los representantes de la Concacaf, que representan 35 de los 209 votos de la organización.
«Nos sorprende el tiempo durante el que esto se ha prolongado y cómo ha alcanzado a casi cada parte de lo que ha hecho la FIFA», indica un agente de la ley a The New York Times sobre la presunta corrupción. «Parece que llegase a cada elemento de la federación y que fuese su manera de hacer negocios. Es como si esto fuese corrupción institucionalizada», añade.
La fiscal general de EE UU, Loretta Lynch, y el director del FBI, James Comey, darán una rueda de prensa este miércoles en Nueva York para explicar los detalles de la acusación. En un comunicado oficial publicado esta mañana por el Departamento de Justicia de Estados Unidos, Lynch acusa de participar de una red de “corrupción sistémica y desenfrenada” a los siete dirigentes detenidos.
El asunto es el más significativo desde que Lynch asumiera el cargo el pasado mes. Con más de 1.500 millones de dólares en reservas, la FIFA es tanto un conglomerado financiero global como una organización deportiva. Tanto Blatter como la FIFA habían sido acusados de corrupción en el pasado, pero nunca de delitos federales en los tribunales de Estados Unidos.
Fuente: El País