En plena recesión, muchas empresas por fin han despertado para darse cuenta de que las mujeres pueden hacer mucho por su negocio, y que las mujeres dirigentes pueden ser una baza tanto para la rentabilidad de la empresa como para toda la economía en su conjunto.
De acuerdo con Goldman Sachs, un mayor número de mujeres en la fuerza laboral podría aumentar el PIB en un 21 por ciento en Italia, el 19 por ciento en España, el 16 por ciento en Japón, el nueve por ciento en EE.UU., Francia y Alemania y un ocho por ciento en el Reino Unido. Aunque nosotros ya lo sabíamos.
Ahora que tenemos empresas convencidas de esta realidad, ¿cómo hacemos para que haya más mujeres que participen en el proceso de la toma de decisiones y se sienten en los consejos de administración?
¿A favor o en contra de la cuota de género? No cabe duda de que ésta es la cuestión. Y es un debate que ha dividido a la opinión mundial, al menos en Europa.
La semana pasada, se anunció que la Comisaria europea Viviane Reding planeaba obligar a todas las empresas que cotizan en bolsa a tener un 40 por ciento de mujeres en sus consejos de administración para el año 2020, planes que acabarían por descartarse después de que los juristas de la UE dictaminaran que las cuotas de género obligatorias son ilegales de acuerdo con diversos tratados de la UE.
La principal zona de peligro para las mujeres desde el punto de vista profesional está mucho más abajo, donde trabaja un número mucho más importante de mujeres.
El verdadero apoyo que necesitan las mujeres es en esas zonas de menor rango, entre los 7-10 años de sus carreras.
Sin embargo, contar con más mujeres en los consejos de administración tiene repercusiones que se resienten hasta las bases.
De modo que cabe preguntarse: ¿Cómo podemos convertir el actual “cupo masculino” del 86 por ciento en una representación equitativa entre mujeres y hombres en los consejos de administración de toda Europa?
Esperemos que antes de los próximos 50 años, que es el ritmo actual con que se progresa en este ámbito.
Por ejemplo, un tercio de todas las empresas que cotizan en bolsa en Europa tienen consejos de administración exclusivamente masculinos.
El porcentaje medio de mujeres en los niveles directivos en toda Europa es del 14 por ciento, pero en realidad varía de más del 40 por ciento en Noruega a menos del cinco por ciento en países como Malta, Chipre y Hungría.
Y no es un problema exclusivamente europeo.
En EE.UU. las mujeres ocupan alrededor del 16 por ciento de puestos directivos y presiden solamente el dos por ciento de los consejos de administración de la lista de Fortune 500.
En otras partes del mundo, la situación es todavía peor.
Legislación
Cinco Estados miembros de la UE, a saber, Bélgica, Francia, Italia, Países Bajos y España, así como otros dos países europeos (Noruega e Islandia) han aprobado leyes para aumentar la representación de las mujeres en los consejos de administración.
Las leyes difieren en cuanto a los objetivos, los plazos para alcanzarlos y las sanciones propuestas en caso de incumplimiento de la ley, pero por lo menos se está haciendo algo.
Varios otros países, entre ellos Finlandia, Dinamarca e Irlanda, tienen objetivos a este respecto en las empresas estatales desde hace ya varios años.
El último país en hacerlo fue Austria, en 2011.
En estos países, sin embargo, no se prevén sanciones. En Finlandia, se alcanzó el objetivo fijado y ahora las mujeres representan el 45 por ciento de los directorios de las empresas estatales.
La Comisaria europea de Justicia e Interior, Viviane Reding, deseaba firmemente una propuesta que sancionara a las empresas estatales y que cotizan en bolsa cuyos consejos de administración contaran con menos del 40 por ciento de mujeres en 2020.
Dos años después de su propuesta, sólo un puñado de empresas habían firmado el compromiso, lo que llevó a Reding a señalar, este mes de marzo: “Lamento comprobar que a pesar de nuestros llamamientos, la autorregulación no ha obtenido hasta la fecha resultados satisfactorios”.
Pocas semanas después de anunciar su propuesta de legislación, nueve Gobiernos nacionales (incluyendo Alemania, que se opone a cualquier legislación vinculante) enviaron una carta a la Comisión pidiendo que se replanteara la cuestión.
La semana pasada, debido a la falta de apoyo de los demás comisarios europeos, Reding se vio forzada a abandonar sus planes.
Afirmó que va a tratar de presentar otra propuesta el mes próximo, pero es probable que sea una versión sustancialmente diluida.
El modelo noruego
Noruega fue el primer país del mundo en introducir cuotas de género en el consejos de administración, incrementando así el número de mujeres a nivel directivo de solamente el seis por ciento en 2002 a más del 40 por ciento en la actualidad.
“Al no utilizar toda la reserva de talento que poseemos sabía que Noruega estaba desperdiciándose como país”, dijo Ansgar Gabrielsen, antiguo ministro noruego de Industria, que impulsó la ley de cuotas, a Jump en una entrevista exclusiva.
“Mi ambición como ministro era obligar a las empresas a repensar sus prácticas relativas a la integración de sus consejos de administración. Creo que lo hemos conseguido. ”
El progreso hacia la paridad entre los géneros es más lento entre los miembros de los consejos de administración que ejercen el poder ejecutivo.
La ley de cuotas en Noruega tuvo éxito en aumentar el número de mujeres en los consejos de administración, pero las mujeres que ocupan la presidencia de estos consejos o que ocupan el cargo directivo ejecutivo de mayor nivel siguen siendo escasas.
Hasta el momento, no existe una legislación vigente en Europa para abordar este problema en particular.
Ansgar Gabrielsen afirmó que aunque nunca consideró que esta la ley pudiera “exportarse” sigue pensando todavía que es “una locura” para cualquier país contar solamente con un reducido porcentaje de la población femenina representada en los consejos de administración.
Su exclusión permanente de los consejos de administración, siendo una parte tan importante de nuestra sociedad, sencillamente no tiene sentido desde el punto de vista económico”.
Ni el progreso ni la igualdad se han conseguido nunca sin una legislación acompañada de sanciones.
El escándalo no está en las cuotas, el verdadero escándalo reside en el número insignificante de mujeres presentes en los consejos de administración.
Eso, y la incapacidad de los seres humanos a cambiar sus actitudes y comportamientos sin que les digan que lo hagan.
Fuente: Equal Times
Por Isabella Lenarduzzi