Los países que de aquí a 2030 quieran mantener un ritmo de crecimiento económico sólido y constante, además de crear la cantidad y calidad de empleos necesarios, deberán apostar por la educación, capacitación e inclusión de las mujeres en el mercado laboral.
Sin las mujeres, el mundo no tiene futuro. Literal. Los países que de aquí a 2030 quieran mantener un ritmo de crecimiento económico sólido y constante, además de crear la cantidad y calidad de empleos necesarios, deberán apostar por la educación, capacitación e inclusión de las mujeres en el mercado laboral.
Una mayor participación de las mujeres en la actividad laboral puede impulsar el ritmo de incremento del Producto Interno Bruto (PIB), elevar el crecimiento potencial y compensar la caída de la población económicamente activa, señala un estudio de la consultora McKinsey.
El crecimiento económico, destaca el estudio, es un elemento imprescindible para poder ofrecer a las mujeres las oportunidades de inclusión necesarias, pero al mismo tiempo la participación de las mujeres en el mercado laboral forma parte de la ecuación: crecimiento, productividad y estabilidad.
“Hay que considerar la cantidad de empleos que habrá desde ahora (2014) al 2030. Para esa fecha no habrá suficiente gente entrenada para ocupar todos esos puestos de trabajo. (…) Pero, y hay un pero, si se le ofrece a las mujeres el entrenamiento y la educación para ello, entonces se cumple la profecía de crecimiento sostenido de empleo y vas a tener el número de profesionales que necesitas para el 2030”, explica en entrevista para Forbes México, Flávia Vígio, directora ejecutiva de Golin Harris y presidenta de Brasil para el Global Summit of Women Brasil 2015.
Ejemplos de la importancia de la mujer para sostener la economía de un país hay muchos. Por ejemplo, el crecimiento potencial de Japón podría aumentar un cuarto de punto anual sólo con que la tasa de participación femenina en el mercado laboral alcance la media común de los países del G7 (Estados Unidos, Alemania, Canadá, Reino Unido, Francia, Italia y Japón), según un estudio reciente del Fondo Monetario Internacional (FMI) titulado “Las mujeres, el trabajo y la economía: beneficios macroeconómicos de la equidad de género”. De esta manera, precisa el estudio, el PIB per cápita de Japón aumentaría de forma permanente un 4%, y lo mismo sucedería para otros países con igual problemática.
“El rol de la mujer es vital para el futuro del mercado laboral, y su educación y su entrenamiento para ello urge también”, dice Flávia Vígio durante su estancia en París en el marco del Global Summit of Women 2014.
El Global Summit of Women es un evento anual con mucha participación internacional, que cubre distintos niveles de participación, entre ejecutivas, políticas, artistas, sociedad civil, jóvenes y varias ONG. Su objetivo es alentar a las mujeres del mundo a ser líderes en su campo, y ayudarles a resolver temáticas de interés a nivel profesional y personal.
La edición 2014 tuvo lugar por vez primera en París, presidida por la ministra de los Derechos de la Mujer, Najat Vallaud-Belkacem, las presidentas de Kosovo y Malta, las ex presidentas de Finlandia y Kirguistán, la vicepresidenta de Vietnam, la primer ministro de Samoa, y cientos de líderes de empresas multinacionales y destacadas mujeres emprendedoras de los cinco continentes.
En total han asistido más de 1,200 mujeres provenientes de 81 países.
El informe del FMI indica, además, que las pérdidas del PIB per cápita atribuibles a disparidades de género en el mercado laboral llegan hasta 27% en determinadas regiones. Y si la participación de las mujeres en la fuerza laboral se equipara a la de los hombres, el PIB se elevaría de forma permanente, por ejemplo, 5% en Estados Unidos, 9% en Japón, 12% en Emiratos Árabes Unidos y 34% en Egipto. Ésta ya ha sido una recomendación del FMI a países como Arabia Saudí, Alemania, Italia o Japón, en su informe anual sobre el estado de sus economías, en su artículo IV.
“El gender equality (equidad de género) es el tema y la solución. (…) Por eso es importante la educación y preparación de la mujer; es necesario incorporar a más mujeres a la población activa ocupada, educarlas”, insiste Vígio.
¿Competencia o complemento laboral?
¿Qué falta para que exista un real mercado laboral equitativo? “En Brasil vemos ya que la mujer que está preparada incluso tiene casi dos años más de estudio que el hombre. Pero hay otro tema a solucionar, y es que en ciertos niveles de jerarquías la mujer encuentra barreras para optar a esa posición profesional. Entonces la mujer decide relegar el plano profesional y trabajar medio tiempo, o quedarse en casa, o cuidar a los hijos”, explica Vígio, quien fue vicepresidenta de Comunicación de McDonald’s.
Un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) precisa que si las tasas de participación femenina y masculina se mantienen constantes en los próximos 20 años, los países que más verán reducirse su fuerza laboral, con caídas superiores a 10%, serán la República Checa, Alemania, Japón, Polonia, Rusia, Eslovaquia y Eslovenia. Por el contrario, si para 2030 la participación en el mercado laboral de hombres y mujeres se equipara, los países donde más crecerá su fuerza laboral serían Brasil, Chile, República Checa, Grecia, Irlanda, Italia, Japón, Corea, Luxemburgo, México, Polonia, Eslovaquia y España.
“El aporte de las mujeres en el mercado laboral es muy enriquecedor. Por supuesto, hombre y mujer, cada uno tiene sus estupendas competencias. Pero, por ejemplo, el tema del riesgo en las compañías es mejor abordado por las mujeres, quienes también tienen más cuidado en términos del ahorro en las empresas. Recordemos un tema esencial: su sensibilidad y su intuición es algo natural para las mujeres tanto en su casa como en su trabajo”, destaca la directora ejecutiva de Golin Harris, firma internacional de comunicación que pertenece a Interpublic Group.
Los países desarrollados no pueden negar que tienen que hacer frente a las consecuencias evidentes de una población cada vez mayor, con una tasa de natalidad baja, y a una de las mayores crisis financieras con una recuperación lenta e insegura. Por eso requieren un estímulo lo suficientemente eficaz y potente para volver a crecer.
En el pasado, los avances en la globalización y el comercio mundial, la irrupción de China en la economía global, o los avances tecnológicos y la aparición de Internet, fueron ofertas revolucionarias que dieron un decidido impulso al crecimiento económico.
Esta vez, la equidad de género en el mercado laboral sería la gran respuesta para lograr dicho impulso. La sociedad, utilizando equitativamente sus dos fuerzas laborales (hombre y mujer), sería la gran ganadora.
Fuente: Forbes México