La marcha denominada «iluminemos México» se hizo el sábado pasado en varias ciudades del país, incluyendo la capital estatal.
¿Qué efecto real puede tener esta marcha? Se preguntan los políticos y los ciudadanos.
Tratemos de reflexionar sobre esto y tal vez tengamos alguna respuesta. Para quienes estamos convencidos de que las marchas mueven voluntades y hacen temblar gobiernos, la marcha tiene un efecto social determinante.
Las autoridades enmudecen cuando ven a las multitudes organizadas exigirles resultados. La marcha es en sí misma un producto del descontento, una demanda no cumplida, es parte de una responsabilidad social.
A esta generación de mexicanos nos ha tocado un momento clave de nuestra historia: ahora podemos elegir nuestros gobiernos, generar la alternancia política y comenzar a vivir en democracia.
Reforma, “Portal ciudadano”, Estado, p. 10.