Con la globalización y el aumento del uso de la tecnología, acelerado aún más por la pandemia de COVID-19 y la transición hacia las plataformas digitales en nuestra vida cotidiana, el delito de trata de personas ha migrado al ciberespacio. Internet y las plataformas digitales brindan a los traficantes herramientas para reclutar, explotar y controlar a las víctimas con mayor rapidez, rentabilidad y anonimato.
Sin embargo, también existe una gran oportunidad para transformar la vida de las personas que han sobrevivido a la trata mediante la tecnología. El tráfico de personas es una grave violación de los derechos humanos, y la mayoría de la ayuda se enfoca en la intervención inmediata en lugar del bienestar a largo plazo. La iniciativa de AnnieCannons está ayudando a cambiar esa realidad, de acuerdo con Triple Pundit.
Una segunda oportunidad
AnnieCannons no es sólo una organización con la misión de capacitar, preparar y conectar a personas que han experimentado la trata de personas con carreras sostenibles en tecnología, sino que también es un ejemplo del impacto social que pueden tener estas iniciativas para reconstruir la confianza, seguridad y capacidad de las personas que han sufrido violencia.
Solo en EE. UU., en 2016, el Departamento de Estado estimó que 57,700 personas eran traficadas hacia el país cada año, una cifra que no tiene en cuenta a las personas traficadas dentro de las fronteras del país. A nivel global, las mujeres siguen siendo las principales víctimas, representando el 46% de todas las víctimas de la trata, mientras que las niñas representan el 19%, según las Naciones Unidas.
Laura Hackney, directora técnica y cofundadora de AnnieCannons, señala que sin independencia económica, muchos sobrevivientes de trata pueden seguir experimentando explotación y abuso, por lo que es clave romper este ciclo vicioso y brindar a los sobrevivientes una segunda oportunidad.
Sobrevivientes de trata cambian su vida
Hackney y la cofundadora Jessica Hubley descubrieron que pueden empoderar económica y emocionalmente a los sobrevivientes al capacitarlos para carreras en tecnología, un sector que a menudo proporciona trabajos bien remunerados, así como oportunidades para perfeccionar habilidades latentes.
«Comenzamos este proceso de crear un plan de estudios y realmente trabajarlo, asegurándonos de que no solo enseñara las habilidades adecuadas para la tecnología actual, sino que también estuviera informado sobre el impacto del trauma [en estudiantes]».
Laura Hackney, directora técnica y cofundadora de AnnieCannons.
El salón de clases de AnnieCannons tiene un doble propósito: ayudar a los estudiantes a convertirse en ingenieros de software y empresarios, al mismo tiempo que superan las barreras de la confianza en sí mismos que a menudo son impuestas por la sociedad y otros factores.
Los estudiantes adquieren conocimientos de alfabetización de datos a través de la enseñanza de lenguajes de programación como HTML, CSS y JavaScript. Además, tienen la oportunidad de especializarse en áreas específicas como el desarrollo completo, la gestión de datos o la arquitectura de bases de datos. Todo esto ocurre en un ambiente de comunidad y escucha, que busca inspirar confianza en los estudiantes.
Además los sobrevivientes de trata cambian su vida al poder participar en el programa Practicum, en el que trabajan en proyectos remunerados (con la supervisión de gerentes de proyectos) mientras asisten a talleres avanzados. Esto les brinda la oportunidad de sumergirse en el mundo laboral sin la presión de tener clientes reales, según explicó Hackney.
Alianza con impacto social
Cisco, —una empresa tecnológica global que ofrece una amplia gama de soluciones de red, seguridad, colaboración, nube y servicios profesionales, a través de su fundación—, ha brindado apoyo financiero a AnnieCannons y su modelo de generación de ingresos ganados, a través de subvenciones de impacto social.
«Al mismo tiempo, [el modelo de generación de ingresos de AnnieCannons] ofrece servicios de alta calidad a los clientes que pagan, lo que les permite administrar un negocio eficiente y financieramente viable que será sostenible a largo plazo».
Charu Adesnik, subdirector de la Fundación Cisco.
Programación con sentido social
El sector tecnológico también se enriquece con las habilidades y destrezas de las personas sobrevivientes. Hackney dijo que muchas de las personas que ingresan al campo de entrenamiento de AnnieCannons exhiben notables habilidades para resolver problemas y determinación, cualidades ventajosas para cualquier industria, y la tecnología no es una excepción.
Además, los participantes del programa parecen inclinados a aprovechar sus habilidades para resolver problemas sociales. En un programa llamado Survivor Tech, donde los estudiantes tienen la tarea de desarrollar sus propias ideas de software, muchos se enfocan en soluciones a los problemas que experimentan en sus propias comunidades.
Por ejemplo, un estudiante creó la idea de Survivors.io, una herramienta de datos y empoderamiento para ayudar a los sobrevivientes de agresión sexual a contar sus historias de forma anónima. EasyTRO es otro proyecto que ayuda a guiar a las personas a completar el formulario de orden de restricción temporal para buscar protección de sus abusadores.
AnnieCannons también está buscando expandir su iniciativa tanto en la capacitación virtual como en la expansión física de la organización. Esperan que los graduados del programa puedan formar parte del personal de la organización y contribuir al crecimiento de la misma. En general, la organización busca brindar oportunidades para que las personas que han pasado por sus programas puedan tener un papel activo en la organización y contribuir a su éxito futuro.