Dos años de negociaciones sobre el cambio climático han acabado en una farsa en Copenhague. En lugar de abordar cuestiones complejas, el Presidente Barack Obama decidió cantar victoria con una vaga declaración de principios acordada con cuatro países.
La responsabilidad por este desastre es muy amplia. Comencemos con George W. Bush, que pasó por alto el cambio climático durante los 8 años de su presidencia, con lo que hizo perder al mundo un tiempo precioso.
Después las Naciones Unidas, por haber dirigido el proceso de negociación tan lamentablemente durante 2 años. Después la Unión Europea, por haberse empeñado en imponer una concepción unilateral de un sistema mundial de comercio de emisiones, aun cuando no encajara en el resto del mundo.
La decisión de Obama de cantar una falsa victoria en la negociación socava el proceso de la ONU al indicar que los países ricos harán lo que quieran. Desde el punto de vista de la reducción real de las emisiones de gases que causan el efecto de invernadero, no es probable que este acuerdo obtenga resultado real alguno.
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