El nombre de Ursula Von der Leyen retumba en todo Europa. Su llegada ansía cambios fuertes a favor del la Unión Europea, e incluso en beneficio del medio ambiente.
Desde su llegada a la Comisión Europea, el plan de Von der Leyen es tener una agenda ecologista, feminista y con democracia.
Para facilitar el arribo de esta ambiciosa transformación, la Comisión Europea prepara el terreno para que Von comience con su programa y lo ejecute durante sus primeros 100 días al mando de la institución.
Como parte de la alineación de los objetivos de la ahora Presidenta de la Comisión Europea, los vicepresidentes Frans Timmermans y Jyrki Katainen, presentaron un paquete de medidas para frenar la tala de bosques en todo el planeta y promover su recuperación.
Bruselas sabe que su campo de acción es limitado, ya que los bosques se encuentran lejos de su territorio, por tal motivo planea utilizar más sus herramientas comerciales y continuar luchando a favor de los ecosistemas.
Y es que según los cálculos, entre 1990 y 2016 se han destruido en el planeta 1.3 millones de kilómetros cuadrados de bosque, lo que supone que cada hora desaparecen el equivalente a 800 campos de fútbol.
Solo productos libres de deforestación: el plan de importación de Bruselas
Una de las intenciones de Bruselas es enfocarse más en el cuidado del medio ambiente, así como la preservación de especies y ecosistemas, por ello, quiere endurecer los estándares y certificaciones para que al mercado europeo no lleguen productos que contribuyan a la deforestación.
«Por ejemplo, se puede indicar: el producto que usted está comprando se ha elaborado sin repercusión sobre la deforestación. Eso ayuda al consumidor a tomar una decisión informada sobre lo que compra», ha explicado Timmermans.
Hasta el momento, la Unión Europea importa productos como aceite de palma, carne, soja, cacao, maíz, madera y caucho, muchos de ellos son incompatibles con el objetivo de mantener intacta la superficie boscosa.
La UE representa un 10% del consumo final de productos asociados a la deforestación, ha reconocido el líder holandés.
Uno de los enfoques en los que la Comisión quiere hacer mucho énfasis es en en la legislación, ya que quiere proponer que se disminuya la tala masiva de árboles.
Además, está planeando crear un observatorio europeo sobre deforestación global que agrupe datos a disposición de las Administraciones, empresas y consumidores.
Asimismo quiere abrir un foro para discutir sobre la cuestión; incentivos para que los pequeños agricultores no dañen los ecosistemas —la expansión de los cultivos provoca el 80% de la deforestación, el resto corresponde al crecimiento de ciudades e infraestructuras—, fomentar el consumo de productos libres de deforestación o apoyo financiero a los países productores para que protejan sus bosques.
“No podemos hacer esto solos, tenemos que formar parte de una alianza global”, declaró Timmermans.
El objetivo de la comisión es preservar los bosques y plantar nuevos.
Suena muy fácil, pero no hay una solución rápida y simple. Si la hubiera ya lo habríamos resuelto, recordó Katainen.
El Ejecutivo europeo confía en que si impone restricciones, el mercado se autorregulara para excluir a los productos que no sean sostenibles.
«Cuando limitamos el uso de plaguicidas perjudiciales el mercado cambió. Ahora no hay mercado para alimentos obtenidos con plaguicidas prohibidos», celebró Katainen.
Pese a que la Comisión saliente ha logrado sacar adelante en los últimos cinco años numerosas medidas contra las emisiones contaminantes, el auge electoral de Los Verdes en Europa, y el movimiento estudiantil que ha sacado a las calles a centenares de miles de alumnos en todo el planeta, han contribuido a crear un momentum favorable a las políticas ecológicas que sobrevolará todo el mandato de Von der Leyen a través del llamado green deal.