Varios equipos del Mundial usan playeras de PET reciclado, rescatado incluso de basureros
Ahora que los mejores jugadores de futbol del mundo toman las canchas en la Copa del Mundo de la FIFA, en Sudáfrica, muchos usan playeras confeccionadas casi enteramente de botellas de plástico recuperadas de rellenos sanitarios en Japón y Taiwán.
Como mínimo, representa buena publicidad para Nike, fabricante de las playeras y patrocinador oficial de nueve equipos, entre ellos Estados Unidos, Brasil y Portugal.
Sin embargo, lo que muchos ven como un ardid publicitario también es parte de un esfuerzo cada vez más extenso de la compañía para incorporar la sustentabilidad, o las prácticas ambientalmente responsables, a su diseño de producto.
Un creciente número de fabricantes, a nivel mundial, incluye cada vez más componentes reciclables o biodegradables en sus productos.
Las compañías en proceso de hacer cambios pertenecen a un sin fin de categorías: entre ellos se cuentan fabricantes muebleros, productores de alfombras, minoristas de ropa y fabricantes de shampoos y limpiadores para el hogar.
Y en vista de que minoristas gigantes, como Wal-Mart, hoy se unen al esfuerzo, los analistas de la industria dicen que la filosofía sustentable ya no es vista como el territorio exclusivo de vendedores de productos de alta calidad como Nike o el fabricante de muebles Herman Miller.
Tan sólo en el 2008, los consumidores estadounidenses duplicaron su gasto en productos y servicios sustentables a aproximadamente 500 mil millones de dólares, de acuerdo con un sondeo de Penn Schoen Berland Associates, firma de investigación de mercado que estudia la economía ecológica.
En su forma más utópica, el movimiento prevé un mundo en el que todos los productos estén hechos de materiales naturales, sean 100 por ciento reutilizables, reciclables o biodegradables, y nunca terminen en un basurero.
En su forma más pragmática, consiste principalmente en recortar costos: al reducir el desperdicio, vender componentes reciclables y reutilizar subproductos como hule o plástico para crear un producto nuevo.
«Cuando la sustentabilidad irrumpió en escena, lo hizo en la categoría de responsabilidad, algo que debía hacer una compañía por ser lo correcto», dijo Beth Lester, vicepresidenta de Penn Schoen Berland Associates. Sin embargo, ahora tiene que ver a partes iguales con ahorrar dinero, dijo.
Por ejemplo, Wal-Mart atribuyó más de 100 millones de dólares de sus ingresos del 2009 a una decisión de cambiar a una variedad reciclable de cartón en sus embarques a sus más de 4 mil 300 tiendas en Estados Unidos. Ahora le vende el cartón a una empresa recicladora en lugar de pagar por transportar los desperdicios a un relleno sanitario.
La compañía también vende marcos para fotografías hechos de su desperdicio de poliestireno, y recicla trozos de plástico sobrantes de la producción de los pañales marca Wal-Mart en la forma de material usado para construir nuevas tiendas Wal- Mart.
«Esto surge de la economía», dijo Marc Stoiber, vicepresidente de innovación ecológica, en Maddock Douglas, empresa consultora de negocios con sede en Chicago. «Si observas a las grandes empresas como Wal-Mart, acogen lo ecológico porque tiene que ver con eficiencia».
En su proyecto más ambicioso, Wal-Mart, después de hacer un sondeo entre más de 100 mil proveedores en todo el mundo, ha iniciado un esfuerzo de un año para etiquetar todos los productos que vende con información sobre su producción y ciclo de vida.
Nike probó por primera vez la sustentabilidad en 1993, cuando empezó a triturar calzado deportivo viejo y a donar el material y demás sobras de materiales de fabricación a constructores de superficies deportivas, como pistas y canchas de basquetbol.
Ése programa continúa, pero la compañía ha cambiado gradualmente de iniciativas únicas a un plan a largo plazo para «minimizar o eliminar todas las sustancias que se sabe son perjudiciales para la salud de sistemas biológicos o ecológicos».
En los últimos cuatro años, el grupo de diseño sustentable de la compañía, conocido como Nike Considered Design, ha sacado al mercado calzado y ropa deportiva que incorpora desperdicios de la planta de producción y un tipo de hule menos tóxico.
«Nuestros clientes esperan esto de nosotros», aseguró Lorrie Vogel, gerente general de Nike Considered Design. «No se trata de dos o tres pares de calzado ecológicos, sino que consiste en cambiar la forma en que nuestra compañía hace las cosas en general».
Reforma – The New York Times, p. 5
