El vestido que usaste para la reunión de la semana pasada, los jeans que tanto te gustan y el suéter que tu mejor amiga te regaló por Navidad fueron tocados por el terrible problema de la explotación infantil en algún momento a lo largo de su cadena de valor, aunque probablemente tú ya lo sabías.
Un vestido, un suéter o una camisa no debería costar una infancia.»
La frase anterior corresponde al copy de la campaña #Dress4Good realizada el año pasado por la organización Save The Children para hacer un llamado a la población y crear conciencia sobre la importancia de combatir el trabajo infantil en la industria de la moda. ¿Será que los consumidores están realmente interesados en ello?
De acuerdo con información publicada recientemente por Fast Company, cuando se trata de las malas prácticas que se encuentras detrás de la industria de la moda, los consumidores se muestran renuentes a la investigación, a fin de evitar sentirse culpables por su adquisición.
Por terrible que parezca este dato, no es para sorprenderse, ya que si los consumidores decidiéramos investigar a profundidad seguramente encontraríamos una realidad terrible tras las prendas con las que vestimos todos los días. Después de todo, según un reportaje de The Atlantic del año pasado, ninguna marca esta exenta de la presencia de explotación laboral en su cadena de valor.
Pero esto no es todo, ya que según los datos recopilados por Fast Company además de permanecer deliberadamente en la ignorancia sobre las malas prácticas tras la industria de la moda, los consumidores irresponsables también han desarrollado una tendencia a burlarse de aquellos que se comportan de una forma más ética.
Un estudio basado en el trabajo de la experta Julie Irwin determinó que aunque los seres humanos presentan una sensación de felicidad al encontrar la presencia de información ética en los productos que consumen, como una etiqueta de comercio justo impresa en el embalaje o cualquier otro sello oficial, de inmediato se sienten atraídos por la marca.
Esto se debe posiblemente a que el respaldo de una institución ofrece a las personas la posibilidad de sentirse mucho más confiadas bajo la sensación de que han realizado su propia investigación.
Dentro del estudio referido por la publicación, se pidió a los participantes elegir cuatro criterios por lo que seleccionarían un par de jeans; la mayoría optó por ignorar la información relacionada con el trabajo infantil y priorizar otros factores relacionados con diseño y precio.
Posteriormente los participantes fueron cuestionados sobre sus opiniones sobre distintos tipos de consumidores, encontrando que aquellos que ignoraron deliberadamente la explotación infantil eran más propensos a criticar a aquellos que dieron prioridad a las buenas prácticas laborales, diciendo que se trataba de un comportamiento extraño y aburrido.
Así mismo, se trata de un sector poco propenso a mostrar comportamientos éticos en el futuro, aunque respondieron favorablemente a una solicitud de donativos para organizaciones benéficas.
De ahí la importancia de que las marcas se aseguren de comunicar adecuadamente sus esfuerzos de responsabilidad social; no sólo colocando la densa información de un informe de RSE al alcance de los interesados a través de su página web, sino a través de datos relevantes en las etiquetas de sus productos y dentro de los puntos de venta.