Aunque tal vez no sea en forma explícita, me atrevo a señalar que la Responsabilidad Social se verá fortalecida con la crisis financiera en la que actualmente se encuentra el mundo.
Esto lo menciono por lo que dijo Barack Obama en una parte de su discurso de toma de posesión el pasado 20 de enero: “Nuestra economía se ha debilitado enormemente, como consecuencia de la codicia y la irresponsabilidad de algunos, pero también por nuestra incapacidad colectiva de tomar decisiones difíciles y preparar a la nación para una nueva era”.
Esa falta de responsabilidad fue la que ocasionó en mucho el origen de la crisis y que ha venido generando esa desconfianza en la que actualmente se encuentran los mercados financieros, y que se refleja en la economía real de todos los días.
Como lo comenté en una colaboración anterior, dicha desconfianza está costando mucho dinero, y realmente no sabemos cuanto costará por esa falta de ética de la mencionada irresponsabilidad de algunos; pero tal vez este tipo de mensajes del nuevo presidente, sirvan más que todo el dinero utilizado para recobrar esa confianza que ahora está perdida, al señalar en forma clara el origen de todo el problema, y por lo tanto, buscar terminar o al menos frenar ese tipo de comportamientos que no ayudan a la sociedad en conjunto.
Aunado a lo anterior, hubo en el mencionado discurso otro mensaje que habla de esa “mano invisible” que es el mercado: “La cuestión para nosotros tampoco es si el mercado es una fuerza del bien o del mal. Su poder para generar riqueza y expandir la libertad no tiene rival, pero esta crisis nos ha recordado a todos que sin vigilancia, el mercado puede descontrolarse y que una nación no puede prosperar durante mucho tiempo si favorece sólo a los ricos”.
Esta frase me recordó algo que leí hace unos días en un artículo de Joseph Stiglitz, premio Nobel de economía, en el cual habla sobre la crisis: “Se ha gastado demasiada energía intentando hacer dinero fácil; se ha dedicado demasiado esfuerzo a aumentar beneficios mientras que no se ha dedicado el suficiente para aumentar la verdadera salud, si la salud viene de la producción o de ideas nuevas. Hemos aprendido una lección dolorosa, tanto en la década de 1930 como ahora: la mano invisible a menudo parece invisible porque no existe. En el mejor de los casos, es más que una pequeña parálisis. En el peor, la persecución del propio interés -la codicia empresarial- puede conducir al tipo de apuro al que hoy se enfrenta Estados Unidos”.
Conjuntando todas las declaraciones mencionadas, son las que me hacen pensar que posiblemente estemos en el umbral de una nueva época, en la cual, se está gestando una mayor conciencia y Responsabilidad Social, que comenzará desde los mercados financieros en los cuales como dice Stiglitz, se debieran dedicar en aumentar la producción, y por consiguiente el bienestar de toda la sociedad.
Sin duda es positivo el que se consideren a la ética y la Responsabilidad Social, como factores claves para un desarrollo real y consistente. Espero no equivocarme.
Antonio Rey Tamayo Neyra
Licenciado en Administración por el Instituto Tecnológico Autónomo de México, y actualmente estudiando la Maestría en Sociedad de la Información y el Conocimiento en la Universidad Abierta de Cataluña. Dedicado al periodismo de investigación desde 1987 especializado en temas socioeconómicos. En los pasados 19 años hasta la fecha, colaborando en el periódico El Financiero como Coordinador Editorial y Redactor de Proyectos Especiales, además de haber escritor para otros medios durante este mismo tiempo. Adicionalmente se ha dedicado también a la consultoría y capacitación en relacionales laborales desde hace 18 años, trabajando para diferentes empresas en todo México. De siete años a la fecha, involucrado en el tema de Responsabilidad Social, realizando varios proyectos editoriales, y estudiado un diplomado al respecto coordinado por el Tecnológico de Monterrey, Cemex y el Banco Mundial, y un curso del mismo tema en la Universidad Abierta de Cataluña.