Zapatos biodegradables, tejidos nobles, donde el cuero y las pieles brillaron como siempre por su ausencia: la británica Stella McCartney, que presentó el pasado lunes en París su colección para el próximo invierno, es la única estilista que ha logrado la hazaña de construir un imperio económico con una moda ética.
Desde la invitación la hija del ex-Beatle Paul McCartney, quien estaba sentado en primera fila del desfile, que tuvo lugar en los hermosos salones de la Opera Garnier, reafirmó su convicción ecologista, llamando a mantener la prohibición de cazar osos polares para el comercio.
Su colección debutó con abrigos y largas chaquetas masculinas en tejidos rayados, combinados con pantalones o faldas largas, en colores azul noche, negro y gris, para crear una silueta dinámica, anclada en la vida agitada de la mujer de hoy. La modista de 42 años propuso también vestidos románticos y sedosos, adornados con encaje o con diseños, que dieron un aire romántico a una parte de la colección.
La creadora no rehuyó los colores vibrantes, como el violeta encendido, el berenjena y el amatista, que pusieron un toque luminoso a su colección prêt-à-porter.
Stella McCartney, que se estrenó en la moda en 1997 al frente de la casa francesa Chloé, que dejó en el 2001 para crear su propia marca dentro de Gucci, propiedad del grupo de lujo PPR, es una convencida vegetariana como su madre Linda McCartney, que murió en 1998; lo ha logrado manteniendo sus compromisos militantes con la causa ecologista y el desarrollo sustentable. La diseñadora británica ha reemplazado esos materiales con tejidos orgánicos, como la lana y el algodón, y ha demostrado que la palabra ética no está peleada con el desarrollo de una marca de moda.
Fuente: El Universo