Todos hemos escuchado una y otra vez el término ‘la nube’ pero qué significa eso exactamente… y hablando de medio ambiente ¿de verdad, como algunos señalan, es una solución sustentable? Analicemos un poco para aclarar las dudas que pudieran surgir.
La evolución tecnológica nos ha permitido pasar poco a poco del almacenamiento digital en diferentes clases de discos, a las memorias externas y ahora a un servidor web en la nube… pero ¿qué es y para qué sirve la nube exactamente?
La nube es un término que se utiliza para describir no a una entidad física, sino una red enorme de servidores remotos de todo el mundo que están conectados para funcionar como un único ecosistema. Estos servidores están diseñados para almacenar y administrar datos, ejecutar aplicaciones y/o entregar contenido o servicios, como streaming de vídeo, correo web, software de ofimática o redes sociales.
¿Y la sustentabilidad?
¿Por qué este soporte parece ser una alternativa más sustentable en la cadena evolutiva del almacenamiento de datos, tanto para las personas como para las empresas?
La sustentabilidad no parece ser un factor decisivo en la decisión de las compañías para cambiar de los soportes tangibles de almacenamiento a la nube. La motivación principal para utilizar un servidor web de este tipo como solución de almacenamiento, es la reducción de costos, la productividad y la eficiencia… sin embargo hay una realidad innegable: la sustentabilidad es un buen subproducto de la decisión y es muy bien recibido, especialmente por aquellas empresas socialmente responsables.
Varias compañías han señalado que utilizar los servicios de la nube les ha ayudado a ahorrar muchas toneladas de emisiones de CO2 que pueden reportar en sus memorias de sostenibilidad.
Pasar a la nube reduce la huella de carbono considerablemente, ya que además de la disminución de residuos, este modelo permite que un mismo documento sea editado por diferentes personas en lugar de realizar modificaciones sobre distintas versiones de este, lo que resulta en un trabajo más eficiente y una reducción considerable en el uso de energía.
De esta forma, cuando hablamos de que el almacenamiento en la nube es un método eficaz para compartir recursos, no se trata únicamente de información, sino también de el uso de energía eléctrica. Un modelo que bien puede ser similar al de los automóviles compartidos, en dónde un viaje para cuatro personas es mucho más eficiente que sí esos cuatro pasajeros utilizaran distintos autos como medio de transporte.
A nivel macro, la explosión en el volumen de datos digitales es también un tema a considerar; esta es causada en gran parte por el incremento en los dispositivos móviles conectados a la red, las transacciones por internet y las miles de aplicaciones demandando servicio de los centros de datos; todo esto incrementa considerablemente el uso de energía eléctrica.
Esta es la principal razón por la que las empresas de Internet han tenido que transparentar sus huellas de carbono y emprender innovadoras iniciativas en materia de consumo energético.
Empresas como Apple, Facebook y Google han hecho inversiones multimillonarias para que sus centros de datos funcionen con energía 100% renovable.
De modo que sí, el uso de la nube tiene muchos beneficios para los negocios, beneficios que nacen del deseo de una mayor productividad y una alta eficiencia, pero indirectamente es también una parte del compromiso que las empresas pueden tener con el medio ambiente.