Suecia ha dado su brazo a torcer. O se ha convencido. En cualquier caso, es una buena noticia para el Fondo Mundial de la Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, porque el Gobierno del país ha decidido reanudar su colaboración con la organización. La noticia, más allá de los fondos (72 millones de euros para este y los siguientes dos años), es importante para el fondo porque Suecia fue el país que lideró los recortes al fondo después de que el año pasado este detectara que cuatro países (Yibuti, Malí, Zambia y Mauritania) habían recibido cantidades cuyo uso no pudieron justificar.
A raíz de aquel escándalo varios países, entre ellos España, suspendieron sus aportaciones. Aunque algunas ONG piensan que, más bien, aprovecharon aquella situación para ahorrar en ayuda exterior en tiempos de crisis. Como consecuencia de ello, la organización cambió y revisó sus controles. La ministra de Cooperación Internacional sueca, Gunilla Carlsson, sin embargo ha matizado que no se trata de una vuelta al anterior sistema de cooperación. «He dejado muy claro que el Fondo Mundial necesita cambiar de un mecanismo de respuesta ante emergencias a un canal sostenible de recursos para la salud», ha dicho. Esta modificación es importante porque, sobre todo con el sida, no se trata de aportar tratamientos para afrontar una crisis temporal. Cuando se empieza a tratar a las personas, estas deben recibir la medicación durante toda su vida. Y el fondo es responsable en estos momentos de facilitar antivirales a 3,2 millones de personas. «Lo ocurrido en las últimas semanas y meses me han confirmado que el Fondo Mundial está asumiendo ese cambio. Suecia seguirá este proceso muy de cerca y considerará sus aportaciones futuras de acuerdo a los avances que se hagan en este sentido», dijo Carlsson.
De hecho, la aportación de Suecia al fondo va a ser un 11% superior a la que venía aportando antes de esta crisis. Todo lo contrario al caso español, que de ser el octavo donante ha pasado a tener el casillero de sus aportaciones a cero.
Fuente: Elpais.com
Por: Emilio de Benito.
Publicada: 31 de octubre de 2011.