Se prevé que para el año 2050, la población mundial alcanzará la cifra de 9 mil 700 millones de habitantes, lo que causará un incremento en el consumo de recursos tales como: materias primas, suelo, agua, aire, entre otros, mismos que al escasear, generarán un problema de abastecimiento, disparando los precios de todos los bienes de consumo.
Además de todos estos problemas, también se suman los factores relacionados al medio ambiente y la contaminación: las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y el efecto invernadero. Ambos son temas de gran importancia global, por lo que los países industrializados los han incluido en sus agendas políticas.
En este contexto, Alemania y México han hecho sus propios aportes para compensar la delicada situación ambiental del presente. En el caso del país europeo, existen desde hace más de 25 años diversos instrumentos –como las llamadas Ecozonas, que son áreas geográficas que sólo permiten el acceso a vehículos de poca contaminación– para reducir gradualmente las emisiones de CO2. A pesar de que los objetivos establecidos por Alemania todavía están lejos de cumplirse, sus esfuerzos son muy significativos y apuntan al lugar correcto.
Por su parte, México, ocupa el noveno lugar entre los países de mayor emisión de contaminantes: Sin embargo, se está intentando contrarrestar esta situación al imponerse nuevos objetivos para reducir estas emisiones y mitigar los estragos del cambio climático. Desde hace años, estas acciones han recibido la asistencia de la Cooperación Alemana al Desarrollo Sustentable (GIZ, por sus siglas en alemán), que ha creado la Alianza Mexicana-Alemana de Cambio Climático, prestando sus servicios desde la década de los 70 al Gobierno mexicano. Esta organización actualmente cuenta con 180 colaboradores y alrededor de 20 programas en el país con enfoques tales como: Biodiversidad, sustentabilidad urbana e industrial, energía sustentable, cambio climático, formación dual y economía sustentable, y buena gobernanza.
Además de los esfuerzos en conjunto de estas dos naciones, el sector privado también ha hecho sus aportaciones para alcanzar un futuro más sustentable:
Volkswagen de México, por ejemplo, se ha propuesto que, para el año 2018 se produzcan automóviles y componentes que sean 25 por ciento más amigables con el medio ambiente. Aunado a esto, la empresa automotriz ha llevado a cabo programas de reforestación en el Parque Nacional Izta-Popo y en la sierra de Lobos, así como iniciativas de concientización y participación social en diversas zonas.
Bosch, empresa alemana establecida en México desde 1955, ha desarrollado nuevos modelos de negocio, como el convenio realizado con Skygo Fuel Systems LLC, que tiene como principal objetivo maximizar la eficiencia energética en motores para instalaciones industriales. Los beneficios de esta iniciativa serán una reducción del 60 por ciento en el consumo de combustible y la disminución en un 22 y 19 por ciento de las emisiones de CO2, de óxido nítrico y dióxido de nitrógeno, respectivamente.
La armadora de vehículos comerciales alemana, Daimler, fue la primera empresa en impartir cursos de conducción técnico-económica en sus plantas ubicadas en el Estado de México, Coahuila y Nuevo León, teniendo como finalidad mejorar el rendimiento de combustible en los automóviles al enseñar a los operadores a conducirlos de manera apropiada para reducir el desgaste del motor, economizar recursos y reducir emisiones contaminantes.
Por último, está el ejemplo de la empresa química, BASF, para quien la conservación de recursos tales como el agua, la energía y la producción de alimentos son sus objetivos primordiales, por lo que se replantearon la forma de ver la sustentabilidad, definiendo su portafolio de productos de acuerdo a la capacidad de crear soluciones sustentables con sus clientes. En 2014 hicieron público un nuevo proceso para orientar este portafolio utilizando el criterio de sustentabilidad. A finales del mismo año, habían analizado alrededor de 50,000 aplicaciones de productos para continuar su estrategia de “Creamos Química” y asumiendo así su liderazgo en la industria química a nivel mundial en cuestiones de sustentabilidad.
En el presente, cada acción y omisión tendrá un papel fundamental en el futuro. El cambio climático es una realidad que exige cada vez más compromiso por parte de la sociedad, gobiernos y empresas para que desarrollen nuevos modelos económicos más sustentables.
Uno de los ejes temáticos del Año Dual Alemania-México 2016-2017 es la Sustentabilidad, por lo que se han llevado a cabo y se realizarán decenas de actividades, simposios, conferencias y exposiciones relacionadas a este tópico. Conócelas en la página oficial www.alemania-mexico.com
Comunicado de Prensa.