Desde que Andrés Manuel López Obrador fue seleccionado como candidato electo para la presidencia de la República en el periodo 2018-2024, se han confirmado los próximos cargos frente a las comisiones reguladoras, tanto de la Ciudad de México como del resto del país.
Entre ellos se dio a conocer que Manuel Bartlett, será el próximo Director General de la Comisión Federal de Electricidad, una decisión que ha sido criticada debido a que supuestamente se pone en riesgo, no solo la reforma energética, sino el servicio público de energía eléctrica, del cual depende el sistema nervioso de este país.
Manuel Bartlett, será el próximo Director General de la CFE una decisión que ha sido criticada debido a que supuestamente se pone en riesgo el servicio público de energía eléctrica.
En opinión de Miriam Grunstein profesora e investigadora de la Universidad Panamericana, académica asociada al Centro México de Rice University, coordinadora del programa de Capacitación al Gobierno Federal en materia de Hidrocarburos que imparte la Universidad de Texas en Austin y socia fundadora de Brilliant Energy Consulting, dice que “sin electricidad no hay manera de que mandemos señales de vida. Podríamos deambular en las tinieblas como zombies, no solo sin electrificación que es lo más obvio, sino también a falta de bombeo de agua, sistemas de drenaje, bancos, hospitales, escuelas, hospitales, transporte, electrodomésticos, y de ahí al infinito”.
Por su parte, AMLO informó que en 2019 destinarán 175 mil millones de pesos para salvar al sector energético relacionado con el petróleo y 20 mil millones más para aumentar la producción de energía eléctrica en la Comisión Federal de Electricidad. Esto quiere decir que sólo en 2019, se invertirán 195 mil millones de pesos para su plan de energía.
La decisión de AMLO al poner al frente a una persona sin experiencia ni conocimientos técnicos en el sector energético, está arriesgando al país; hace tiempo Bartlett fue acusado de la destrucción de amplias zonas forestales en vano.
De acuerdo con información de Expansión, Bartlett fue el promotor principal de los juicios civiles contra los ya difuntos y/ o agonizantes Contratos de Servicios Múltiples para la extracción de gas seco en la Cuenca de Burgos, porque según él, causaban la abominable merma de la “renta petrolera” a favor de las empresas contratistas.
Sin embargo, ninguna empresa logró satisfacer la demanda nacional de energía.
De acuerdo con Grustein, “así como los contratos no sirvieron gran cosa, las demandas de Bartlett tampoco. Los tribunales le azotaron la puerta en las narices por “falta de interés jurídico.” Simplemente, quien no es parte en un contrato no tiene de qué quejarse, así se sintiera Manuel Bartlett la voz de la Nación”.
Fue en 2002 que se presentó una denuncia a la Auditoría Superior de la Federación con el fin de auditar los permisos de producción independiente que con una denominación distinta, generan electricidad para la CFE.
Según la autora desde la aprobación de la reforma, los proyectos de generación y comercialización y suministro privados están fuera de toda zona gris en cuanto a su apego constitucional. Aunque este mercado apenas funciona, y se ha tropezado con muchas complejidades y complicaciones, es la esperanza más viable de que, si llega a madurar, las tarifas bajen. En este momento, con la dominancia de Morena en ambas Cámaras, podrían darse reformas legales —y tal vez constitucionales—para que la CFE cumpla 100 años de soledad y que México se convierta en Macondo. CFE no está en condiciones ni financieras, ni técnicas, ni operativas para proveer el servicio público universal. Será un monopolio de pies de barro y los mexicanos nos quedaremos sin luz.
¿Será que esta decisión podrá ayudar a mejorar el incremento y la distribución de la energía alrededor del país?
