Por: Leticia Gasca Serrano
Ya estoy cansada de leer, escuchar y hablar de la influenza. Pero al parecer, lo mejor que puedo hacer es ser paciente.
Desde hace unos cuatro días, ha sido el tema de conversación. Incluso, la percepción del virus en Twitter se ha transformado en unas cuantas horas.
El viernes por la mañana predominaban los comentarios irónicos y burlones en Twitter, incluso, la influenza empezó a twittear y fue impresionante la cantidad de personas que empezaron a seguir su bitácora virtual.
Hoy lunes desperté e inmediatamente chequé las actualizaciones en Twitter, ahora eran mucho más serias y preocupantes. Expok, desde esa misma plataforma preguntó “¿Cuál es la delgada línea que divide la información del sensacionalismo? Muchos de los medios «más serios» deberían ser más cuidadosos hoy.” Totalmente de acuerdo.
Tampoco se queda de lado la polémica acerca de la eficacia de los cubre bocas, si la epidemia es un ataque bacteriológico o un experimento a gran escala, si es un pretexto para encubrir algo más…
Esos, son sólo rumores, lo que sí sé, es que desde que tengo memoria, nunca habían suspendido clases por algo de esta naturaleza. Por primera vez los cines están cerrados, los conciertos y encuentros deportivos fueron cancelados e incluso se ha considerado la posibilidad de suspender algunos medios de transporte público.
Lo extraño, es que el brote del virus parece afectar a personas jóvenes y sanas y no a las víctimas usuales de gripe que son los ancianos y los niños. Por ello, tomé la decisión de que en lugar de celebrar (si, mis primos están felices ya que no irán a la escuela) o condenar la influenza, mejor me voy a cuidar.
Desde el Kinder nos enseñan que lo esencial para la salud es una dieta equilibrada combinada con dosis adecuadas de ejercicio, sin embargo, ante la epidemia de influenza no se recomienda realizar ningún esfuerzo físico, ni siquiera al interior del hogar.
Lo que sí podemos hacer cuidar más nuestra alimentación y si ésta es orgánica, mucho mejor.
Aunque aún hay mucha polémica acerca de los productos orgánicos, el proyecto de la Unión Europea “Quality Low Input Food” (QLIF) demostró que aquellos alimentos que han sido cultivados sin emplear agentes químicos son más nutritivos. Por ejemplo, las frutas y las verduras orgánicas contienen hasta 40% más de antioxidantes que otros cultivos no orgánicos. Algunas leches contienen hasta 60% más de estas sustancias y de ácidos grasos benéficos para la salud.
El coordinador del proyecto, el profesor Carlo Leifert, de la Universidad de Newcastle en el Reino Unido, incluso considera que comer alimentos orgánicos es equivalente a tomar una porción extra de frutas y verduras al día.
Además, la práctica de la agricultura orgánica evita que los mantos acuíferos se contaminen con químicos y favorece el desarrollo sustentable en zonas rurales.
Si quieres conocer más acerca de los beneficios de un estilo de vida sustentable puedes visitar mi blog: http://sublimein.blogspot.com/
Así que a cuidarse, y de paso a cuidar al planeta.
Leticia Gasca Serrano
Es coeditora de Responsabilidad Social en el periódico El Economista y socia fundadora de Reinventemos, A.C. Fue Delegada Juvenil de México en la ONU durante el 62 periodo de sesiones de la Asamblea General de dicho organismo.
Gracias a su labor de difusión en temas de responsabilidad social y sustentabilidad obtuvo el tercer lugar en el concurso latinoamericano de ensayo periodístico BIDAmérica, promovido por el Banco Interamericano de Desarrollo. Por su trayectoria fue reconocida con el Premio Nacional de la Juventud en la categoría de Mérito Cívico.