Por Antonio Tamayo Neyra
El 2015 podrá ser recordado como el año en que la humanidad se pudo poner de acuerdo para salvar su planeta.
Si bien ya estamos en la segunda parte del mes de enero de 2016, no quiero dejar de mencionar el importante y gran evento que se realizó en diciembre del año pasado en Francia, en relación a los acuerdos para disminuir y eventualmente eliminar la contaminación que genera el incremento de la temperatura del planeta.
La califico de importante por la trascendencia del evento que desafortunadamente solo se comentó en el apartado de sustentabilidad de los medios, sin considerar el efecto que debe tener en todas las actividades humanas, ya sean económicas, tecnológicas y políticas, por tan solo mencionar algunas. La velocidad y cantidad de información de la que se dispone actualmente gracias a las tecnologías de información, relativiza ciertos acontecimientos como al que ahora me refiero, y se deja pasar como tantos otros.
En primer lugar, y como lo mencioné al principio, la humanidad, o gran parte de ella, se pone de acuerdo en un tema específico, y toma conciencia de lo que significa el vivir en este planeta, el único que se tiene. El no cuidarlo significa poner en juego la supervivencia de todos los seres vivos que lo habitan.
Haciendo un poco de historia, son tan solo unos cuantos años, 40 a lo sumo, considerando los más de dos mil años de acuerdo al calendario gregoriano, en que el tema ecológico ha venido creciendo en importancia de manera seria y documentada; el mismo término de sustentabilidad es prácticamente nuevo en el vocabulario político, académico y tecnológico.
Si antes ambos vocablos (ecología y sustentabilidad) eran solamente usados por los investigadores y académicos, ahora ya se han venido popularizando y hasta los jóvenes ya los conocen y los utilizan. En otras palabras, se ha venido tomando conciencia de lo que significa cuidar el planeta, ahora llamado también “la casa de todos”.
Considero, salvo el mejor conocimiento de algunos más, que han sido pocos los acuerdos a escala mundial, como fueron los realizados al término de la Segunda Guerra Mundial en aspectos políticos y económicos; sin embargo uno que considere aspectos ecológicos y sustentables de este nivel creo que no hay antecedentes.
Además estos mismos acuerdos sirven de alguna manera para consolidar los realizados en el mes de septiembre, cuando en el marco de las Naciones Unidas se estableció la Agenda del Desarrollo Sostenible para los próximos veinte años.
Por esto digo antes que el año 2015 pasará a la historia, porque se logran acuerdos trascendentales en aspectos de sustentabilidad.
Y si bien como dicen algunos, no fueron los acuerdos logrados lo que realmente se necesita, si al menos pueden ser considerados como el principio de una nueva era. Con ellos es posible pensar ya no de manera utópica, que en un futuro ya no muy lejano, los recursos energéticos como el petróleo, dejarán de utilizarse para usarse únicamente recursos renovables.
Y como también dicen otros, la sustentabilidad será la palabra que defina este siglo XXI, de no hacerlo así, la vida del ser humano en el planeta será, si es que todavía existe, extremadamente difícil.
Si como seres humanos logramos que la sustentabilidad sea el referente a todas nuestras actividades, y junto con ella también la ética y la responsabilidad social, es posible que este siglo sea el punto de inflexión para tener una vida humana que logre como sociedad el mayor bienestar de toda su historia.
Seguiremos platicando…
Antonio Rey Tamayo Neyra
Dedicado al periodismo de investigación desde 1987 especializado en temas socioeconómicos. Desde 1991 colabora en el periódico El Financiero como Coordinador Editorial y Redactor de Proyectos Especiales, además de colaborar en otros medios. Desde el 2002 involucrado en la Responsabilidad Social, escribiendo y realizando proyectos editoriales de este tema, y además documentando las actividades de las empresas (tipo caso) También es profesor de posgrado e imparte capacitación en relacionales laborales. Licenciado en Administración por el Instituto Tecnológico Autónomo de México; su preparación profesional posterior incluye un Diplomado en Responsabilidad Social en el Tecnológico de Monterrey, y un Curso del mismo tema en la Universidad Abierta de Cataluña. Actualmente estudia la Maestría en Sociedad de la Información y el Conocimiento en la Universidad Abierta de Cataluña.