La realidad no es como nos la pintaron en los diferentes cuentos de princesas y hadas, quienes no se tuvieron que preocupar nunca por el techo de cristal, puesto que fueron personajes creados en la Revolución Francesa y además presentaron una narrativa en la que las mujeres aspiraban a una vida de ensueño.
Según Yvette Mucharraz y Cano, profesora de dirección de Personal y Consejera del Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección de Ipade Business School en opinión con Forbes, estas historias son cuentos que tuvieron lugar poco antes de la Revolución Francesa, sin embargo hubo quien vio una realidad diferente.
En México, sor Juana Inés de la Cruz, promovió los derechos de la mujer para participar en la ciencia, la cultura y en las artes. Ella tuvo varios obstáculos para que sus escritos fueran internacionalizados. Su historia, no ha tenido el mismo impacto que las princesas.
Y es que es ahí en donde el techo de cristal es muy evidente, pero…
¿Qué es el techo de cristal?
El concepto de techo de cristal o glass ceiling se refiere a las barreras que encuentran las mujeres en el mundo corporativo para llegar a los puestos más altos de una empresa. El término se utilizó por primera vez en The Wall Street Journal en 1982 y hace referencia a que estos límites son invisibles, no se deben a políticas o leyes, sino a los ya mencionados sesgos de género y otros factores difíciles de determinar.
Erradicar el techo de cristal requiere de muchas estrategias que van desde impulsar a las ejecutivas para ser más asertivas a la hora de pedir el asenso hasta las polémicas cuotas de género en los consejos de dirección.
En el sector empresarial no se ha podido eliminar en su totalidad, esto quizá porque son pocas las personas que en verdad se han propuesto encontrar la solución.
El concepto de techo de cristal o glass ceiling se refiere a las barreras que encuentran las mujeres en el mundo corporativo para llegar a los puestos más altos de una empresa.
De acuerdo con el World Economic forum, la inequidad para las mujeres a nivel global está lejos de haberse resuelto. el Gender Gap (Brecha de Género) para 2017, es del 68%, lo que quiere decir que la inequidad por género sigue siendo una realidad en la mayoría de los países.
Datos de Forbes dicen que el Gender Gap se ha medido desde el año 2006, y se compone de cuatro variables:
- Participación económica y política
- Salud y supervivencia
- Educación
- Empoderamiento político
El país que en el ranking obtuvo el primer lugar por contar con mayor equidad fue Islandia, y el lugar 144, último en la tabla, fue para Yemen. En Latinoamérica, el país con la mejor puntuación fue Nicaragua, en el sexto lugar del mundo, y con el mayor nivel de atraso se ubicó Guatemala en el lugar 110. México quedó dentro del ranking en el número 81, y en el apartado de la participación económica, tiene un atraso significativo y está ubicado en el lugar 124 de 144 países.
