• El documental de Eugenio Polgovsky ofrece una mirada a las múltiples realidades del trabajo infantil rural en Mexico
En México, miles de niños y niñas se ven forzados a trabajar cuando tendrían que estar estudiando y jugando. El trabajo infantil daña la salud de los niños, pone en peligro su educación y puede conducir a una mayor explotación y abusos.
Es por ello que una de las prioridades de UNICEF es generar información y datos actualizados sobre este fenómeno, así como sensibilizar y movilizar a las autoridades, el sector privado y la sociedad en su conjunto para la erradicación del trabajo infantil en México.
El documental “Los Herederos”, que fue estrenado hoy en salas de cine en el Distrito Federal, constituye una herramienta de sensibilización que busca incidir en la sociedad para que el trabajo infantil deje de ser percibido como algo normal o necesario.
En este sentido, UNICEF apoyó la postproducción y difusión de “Los Herederos” para que pudiera ser visto por amplios sectores de la sociedad en México y en otras partes del mundo.
Este documental de Tecolote Films, dirigido por Eugenio Polgovsky y distribuido en Mexico por Nueva Era, se acerca al trabajo rural infantil en seis estados de México, retratando con un total respeto a los derechos de los niños, niñas y adolescentes que participaron, la difícil realidad que viven muchos de ellos en el campo mexicano.
Es un retrato de sus vidas y de su lucha diaria por sobrevivir. Sus actividades son muy diversas: algunos son campesinos y pastores; otros caminan largos trechos para cortar leña o acarrear agua desde muy pequeños; tejen; hacen ladrillos; otros son artesanos y tallan madera para hacer alebrijes.
Al heredar las técnicas y herramientas de sus ancestros, estos niños también han heredado la miseria. Generación tras generación permanecen cautivos en un ciclo de reproducción de la pobreza.
El documental “Los Herederos” ha sido reconocido y premiado en diversas ocasiones a nivel nacional e internacional. Ha obtenido el Ariel 2009 al Mejor Documental y a la Mejor Edición; el Gran Premio Coral de La Habana, Cuba al Mejor Documental; el Premio al Mejor Documental en el Festival Internacional de Documentales de Santiago de Chile (FIDOCS) 2009 y el Premio “FEISAL” en el 24 Festival Internacional de Cine de Guadalajara, México 2009. Asimismo se ha presentado en la selección oficial del Festival de Cine de Venecia 2008 y en la sección “Generation” del Festival de Berlín 2009.
Datos clave sobre el trabajo infantil en México
• En México, 3.6 millones de niños, niñas y adolescentes entre los 5 y 17 años de edad están trabajando de acuerdo al Módulo sobre Trabajo Infantil de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE 2007). Lo anterior equivale al 12,5% de la población infantil de este mismo rango de edad. De ellos, 1.1 millones son menores de 14 años; es decir, no han cumplido con la edad mínima para trabajar marcada por la Ley Federal del Trabajo.
• El trabajo infantil no está extendido en igual medida entre los niños y las niñas: los niños trabajadores superan casi el doble en número a las niñas que trabajan: el 67% de los niños entre 5 y 17 años trabaja (2,441,070), en comparación con el 33% niñas (1,205,997). Sin embargo este no es el mismo caso para los quehaceres domésticos – los cuales no son considerados como parte de las actividades económicas de acuerdo al marco conceptual de esta encuesta – y en donde la incidencia de la participación es notoriamente diferente entre niños y niñas en este mismo rango de edad: casi el 60% de todos los niños participa en este tipo de actividades, (8,811,697), frente a más del 72% de las niñas (10,496,179).
• La población infantil que trabaja se concentra fundamentalmente en las áreas menos urbanizadas de México, y el porcentaje de trabajadores infantiles en estas zonas es también más elevado que en las más pobladas. La presencia de niños y niñas trabajadores menores de 14 años es las localidades más pequeñas supera a la de las ciudades.
• Aproximadamente 7 de cada 10 trabajadores entre 5 y 17 años viven en las zonas rurales de México, y 3 de cada 10 en las ciudades, lo que equivale a 1,114,991 niños y niñas residiendo en las capitales de los Estados y/o en las localidades con 100,000 habitantes y más, y a 2,532,076 trabajadores infantiles en las áreas de menor tamaño poblacional. Así como los niños y las niñas que trabajan se concentran en mayor medida en el campo que en la ciudad, la incidencia del trabajo infantil rural es más elevada que la urbana [cuadro 2]: el 15.6% y el 8.6% de la población entre 5 y 17 años, respectivamente.
• Para el conjunto del país, el 66% de la población entre 5 y 17 años coopera en las tareas de su hogar.
• La incidencia de la participación en el trabajo doméstico (entendiendo como tal los quehaceres en el propio hogar) es notoriamente diferente entre los niños y las niñas, independientemente del rango de edad considerado: casi el 60% de todos los niños participa en este tipo de actividades —8,811,697—, frente a más del 72% de las niñas —10,496,179—, lo que equivale a una diferencia cercana a los 13 puntos entre un grupo y otro.
La mayor parte de los niños y las niñas de México que trabajan lo hace por razones asociadas con la necesidad de aportar recursos (bienes y/o servicios) al hogar.
• Aproximadamente el 24% de los trabajadores entre 5 y 17 años se concentra en tres entidades: Estado de México, Jalisco y Puebla. El 52.8% se distribuye en la cuarta parte de los Estados: además de los anteriores, Michoacán, Veracruz, Guerrero, Chiapas y Guanajuato.
• El 23.8% de los niños y las niñas de México entre 5 y 13 años que trabajan reside en Puebla, Jalisco o Guerrero. El 52.6% se reparte en estos Estados y Michoacán, Oaxaca, Estado de México, Guanajuato y Veracruz.
• La Convención sobre los Derechos del Niño establece “el derecho del niño a estar protegido contra la explotación económica y contra el desempeño de cualquier trabajo que pueda ser peligroso o entorpecer su educación, o que sea nocivo para su salud o para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral o social”. El Convenio núm. 182 de la OIT sobre las peores formas de trabajo infantil reconoce que proteger a las niñas y a los niños requiere de respuestas integradas que incluyen empleos y trabajo decente para sus padres y medidas de protección social que les ayuden a mantener a las niñas y a los niños en la escuela.
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