Por: Mtra. Aidé Mendoza Flores.
Uno de los principales obstáculos para la integración y la protección de las personas migrantes y refugiadas es la aceptación por parte de la comunidad de acogida. Ninguna política pública a favor de las personas en movilidad adquirirá la legitimidad necesaria si no es entendida y adoptada por la comunidad no migrante.
En este sentido, ha sido estudiado que la actitud que tenga la comunidad de acogida hacia los refugiados depende en gran parte de la situación económica, política y de seguridad que exista dentro de la comunidad que recibe a la población en movilidad.
Por esta razón, cuando las agencias de la ONU planean una intervención con personas en situación de movilidad, también tratan de realizar una intervención que incluya a las comunidades de acogida.
El objetivo es intentar mejorar la situación económica, política y de seguridad, y de esta forma propiciar una mayor aceptación hacia las personas migrantes y refugiadas. Una comunidad de acogida con vínculos fuertes entre sí, que sea solidaria y que exija sus derechos y los de los demás es más abierta a la llegada de nuevas personas y a integrarlos en la vida comunitaria.
Las personas migrantes y refugiadas, una vez fuera de sus países, se ven en la necesidad de vivir en comunidades con problemas de pobreza y falta de oportunidades. De hecho, algunos albergues de migrantes se encuentran en estas zonas, y cabe destacar que, dichas comunidades de acogida rara vez se benefician de ayuda internacional (de agencias de la ONU) que podría mejorar sus condiciones de vida.
Esto se debe a que, para tener la posibilidad de recibir ayuda internacional, una persona debe vivir fuera de su país de origen y no contar con la protección de su Estado. Desafortunadamente, lo mencionado genera un desequilibrio que ha provocado que la comunidad de acogida se sienta hostil y culpe a los refugiados de sus problemas.
Además, plantea cuestiones fundamentales sobre los derechos humanos y la igualdad, ya que, en ocasiones, los refugiados que reciben alojamiento, alimentación y atención sanitaria gratuita, tienen mejores condiciones que la comunidad que los recibe (Aukot, 2003).
Por ello, la labor realizada por la Dirección General de Prevención Social del Delito y la Reconstrucción del Tejido Social de la SEGOB es de suma importancia. Las actividades que llevan a cabo fomentan la reconstrucción del tejido social (RTS) y la creación de una cultura de paz, lo que promueve la aceptación e inclusión de las personas migrantes, al mismo tiempo que ayuda a mejorar las condiciones en comunidades con un tejido social fragmentado.
El tejido social se entiende como la configuración de vínculos sociales e institucionales que favorecen la cohesión y la reproducción de la vida social (Consejo Ciudadano de Seguridad y Justicia, s.f). Así, la RTS es la base para que puedan integrarse las personas migrantes y crear una comunidad unida, resiliente, empática y capaz de resolver conflictos de manera eficiente. Como afirma Genner Augusto Peniche:
Si el tejido social tiene elementos que nos hacen ver que hay una cohesión, un tema de identidad, arraigo, organización política o comunitaria ciudadana, entonces habrá mejores condiciones para un tema de paz, pero si en el tejido social hay desarraigo, vacíos institucionales, falta de organización o participación, las consecuencias son condiciones para que se incube la violencia.
Instituto Nacional de Desarrollo Social.
El objetivo de reconstruir el tejido social es crear las condiciones necesarias para la paz. Se busca trascender la visión individualista que ha permeado a nuestra sociedad en los últimos años y pasar a una visión comunitaria para generar espacios de diálogo y crear vínculos que le permitan a las personas llegar a acuerdos y sentirse parte de una comunidad.
De igual forma, estas acciones son necesarias no solamente para fortalecer el vínculo entre las comunidades de acogida y la población migrante, sino también para evitar que las personas de una comunidad se vean forzadas a migrar a causa de la violencia en su lugar de origen.
Es importante mencionar que la reconstrucción del tejido social no es algo que dependa únicamente del Gobierno, es un proceso que involucra a todos: las familias, las empresas, sociedad civil, las iglesias y albergues. Por esta razón, las actividades realizadas por la Dirección General de Prevención Social del Delito y la Reconstrucción del Tejido Social son solamente una guía para la comunidad, lo ideal sería que la misma comunidad se apropie de las ideas y las actividades para que ellos mismos puedan continuar con la reconstrucción.
Así, mientras la Cátedra de Investigación Elías Landsmanas Dymensztejn – Anáhuac en niños migrantes no acompañados, —iniciativa impulsada por la Fundación Pablo Landsmanas, el brazo social de Corporativo Kosmos— busca contribuir a mejorar las condiciones de las niñas, niños y adolescentes migrantes no acompañados, existen otros actores que al mismo tiempo están aportando a crear una cultura de paz, que no solamente ayude a mejorar las condiciones de vida de comunidades marginadas, sino que propicie las condiciones necesarias para la aceptación de las personas en situación de movilidad.
Referencias:
Aukot, E. (2003). “It Is Better to Be a Refugee Than a Turkana in Kakuma”: Revisiting the Relationship between Hosts and Refugees in Kenya. Refuge: Canada’s Journal on Refugees, 21(3), 73–83. https://doi.org/10.25071/1920-7336.23482
Consejo Ciudadano de Seguridad y Justicia del Estado de Puebla. (s.f). ¿Por qué reconstruir el tejido social? Disponible en: https://consejociudadanopuebla.org/wp-content/uploads/2020/12/Ebook-¿Por-qué-reconstruir-el-Tejido-social.pdf
Instituto Nacional de Desarrollo Social. (2021). Reconstrucción del Tejido Social: Estrategias y propuestas que favorecen la cohesión social. gob.mx. Disponible en: http://www.gob.mx/indesol/prensa/reconstruccion-del-tejido-social-estrategias-y-propuestas-que-favorecen-la-cohesion-social?idiom=es