¿Ha leído Los Miserables, El Quijote, La Divina Comedia o la Biblia? La respuesta que muchos daríamos respecto de estos libros, es: «lo he hojeado, pero nunca lo he leído» y, ¿sabe una cosa?, con los informes de sustentabilidad sucede los mismo: todos, dentro de la esfera de la responsabilidad social tenemos varios ejemplares de éstos, pero muy rara vez los hemos leído. ¿Qué están haciendo las empresas en este sentido? ¿Cómo volver interesante una información que de entrada se antoja árida y compleja? ¿Están considerados a ser simples documentos que reportan cifras porque son obligatorias, pero en realidad nadie las ve ni entiende?
Primeramente habría que decir que los informes de sustentabilidad (o de RSE, sostenibilidad, RSC, etcétera) son documentos en donde, al año, una organización reporta sus impactos dentro de tres renglones específicos: económico, social y ambiental.
Según el informe de What Investors and Analysts Said, de Accounting for Sustentainability Project, Global Reporting Initiative (GRI) y Radley Yeldar, 80% de los inversionistas considera que casa vex adquiere más peso la información no financiera, por lo que estos textos están de lo más in, y su tendencia se va a la alza. En este sentido ¿qué es la información no financiera? Incluye, peero no se limita a la gestión empresarial intelectual, derechos humanos, salud ocupacional, prácticas de seguridad, y de capital humano, innovación, investigación y desarrollo, cambio climático, y manejo de recursos naturales, reputación e impactos de la comunidad.
De acuerdo con el mismo informe, 59% dice que su formato preferido para un reporte, es online y PDF. Éste es un dato contundente, ya que muchas empresas, hasta hace poco, se habían dedicado a publicar informes que eran cási verdaderos libros de arte; volúmenes que a todos nos gusta tener en el librero, pero cuyas páginas muy pocas veces ven la luz; este respaldo, el impreso, es el favorito de apenas 28%. En este contexto el PDF, en web se perfila como lo más usable y práctico para generar una verdadera lectura.
Por otro lado, las iniciativas más utilizadas para crear reportes son la GRI, con 70%, el carbón Disclosure Project, con un 54%, y los marcos de indicadores propios de cada industria, con 32%. Ojo a este último dato, porque en Estados Unidos acaba de suceder algo interesantísimo: la Sustainability Accounting Sandartds Board (SASB) publicó hace unos días un sistema de indicadores para la elaboración de reportes no financieros; se centra en industrias específicas y será válido únicamente para firmas de ese país, pero será ya una alternativa a GRI.
Quizá la tendencia que más se escuchará en los próximos años son los reportes integrados, que implican una «estrategia integrada» de la empresa, con medición de costos y beneficios sociales y ambientales, al mismo nivel que tienen a nivel financiero; algo difícil de lograr, pues aunque hay quienes señalan que ya hacen informes integrados, la realidad es que un verdadero documento de esta naturaleza es más que una compilación de datos sobre actividades financieras, sociales y ambientales de una empresa.
Asimismo veremos formas innovadoras para incentivar la lectura y tratar de evitar que se vuelvan sólo letra muerta. Veremos cada vez más ejercicios como el de Natura, que publicó su reporte 2011 de forma integrada y redactado como un mensaje periodístico.
En otras tendencias y de acuerdo con una encuesta realizada en 2011 por Ernst% Young a 27 compañíask,, se espera para los próximos años un considerable aumento de informes de sostenibilidad; un mucho mayor papel del CFO en los planes de sustentabilidad de las empresas; un creciente rol de los trabajadores como pieza clave del tema y un aumento de atención e información sobre la cadena de valor de las compañías.
Fuente: Revista Equilibrio No. 51
Publicada: Noviembre de 2012
