Por Emilio Guerra Díaz
Algunas personas que participan en los talleres de creación de programas profesionales de voluntariado que imparto regularmente me han consultado sobre mi opinión respecto a que existen algunas organizaciones que solicitan apoyo económico de sus voluntarios y cuestionan si para ser voluntario tienen que dar una cuota, si es una práctica común y es válida. Esa interrogante frecuente motivó elaborar y compartir este artículo con los lectores de Ciudadanía en Construcción.
En realidad la respuesta directa es no. Difícilmente una organización solicita una cuota para que una persona sea voluntaria o incorporada a sus programas prestando servicio sin recibir remuneración alguna. No sería válido hacerlo y afortunadamente no es una práctica común.
Sin embargo, ¿De dónde surge la percepción de que hay organizaciones de voluntarios que cobran? Sucede que en el espectro de organizaciones de la sociedad civil que están relacionadas en el tema de voluntariado existe una gran variedad de posibilidades a través de las cuales se exprese el servicio voluntario. Así, algunas organizaciones ponen interés en la promoción, difusión, preparación, capacitación; otras trabajan para enlazar a voluntarios con otras organizaciones. Asimismo existen también aquellas que promueven el intercambio internacional de voluntarios y para realizar esas actividades requieren de un apoyo económico para cubrir el servicio que el voluntario obtendrá.
Dentro del universo de organizaciones que requieren voluntarios, o les apoyan para realizar sus actividades, se pueden distinguir al menos 5 tipos diferentes. Cabe señalar que esta propuesta se enfoca a explicar la interacción de lo que denominamos voluntarios que apoyan los programas, proyectos o servicios que brindan las organizaciones filantrópicas. Por tanto se excluye de este análisis a los voluntarios que participan en las actividades de dirección de una organización como son los miembros del Consejo Directivo o del Patronato, quienes también dan un servicio de esa naturaleza, sin remuneración a cambio, pero sus responsabilidades son distintas. En la figura 1 se exponen las características de cada tipo.
Los 5 tipos de instituciones a las que hacemos referencia en su relación con voluntarios son:
a) Organizaciones que se benefician de la contribución voluntaria para cumplir su objeto social. Constituyen la mayoría del sector filantrópico. Éstas convocan a personas para realizar actividades dentro de la asociación o fuera de las oficinas, en trabajo directo con los beneficiarios, en el campo, en el albergue, en la calle, hospital, asilo, escuela o centro comunitario. Lejos de solicitarles una contribución económica para ser voluntarios, al contrario, la organización debe desarrollar todo un programa profesional de manejo del recurso voluntario y les ofrecen una serie de incentivos no económicos para reconocer su aporte y trabajan para mantenerlos activos en la asociación (el lector interesado en ahondar en el manejo de un programa profesional puede consultar la obra: Guerra Díaz, Emilio y Cortés Vázquez Lorena, “Voluntariado en organizaciones sin fines de lucro. Manual para una Gestión Eficaz”, ed. Cemefi, México, 2012).
b) Organizaciones de membresías de voluntarios. Es decir, las personas se asocian o afilian a la organización por identificarse con la causa que defienden. Con frecuencia su acción se explica por el gran volumen de voluntarios que colaboran con ella y dan una aportación para pertenecer a la organización pues comprenden la necesidad de recursos para mantener en funcionamiento a la organización. Las personas también que no deseen ser voluntarias pueden destinar un donativo en su calidad de “simpatizante”. Vale la pena señalar que estas organizaciones tienen una gran base de voluntarios para su funcionamiento y es más, no se explicaría su naturaleza si no contarán con un buen número de participantes. Este es el caso de Amnistía Internacional, Greenpeace y otras que no podrían realizar su trabajo sin convocar la solidaridad de las personas para mantener el trabajo de la organización.
c) Organizaciones que fomentan el intercambio de experiencias de voluntarios al interior del país o incluso, en el ámbito internacional. Lo que interesa es el enlace entre una organización que los acogerá y quien organiza el encuentro de sus voluntarios. Hay que destacar que el intercambio puede definirse como brindar la oportunidad a los voluntarios mexicanos de ir de nuestro país a otro para realizar allá servicio voluntario. de tal manera que ciertos días a la semana, realizarán actividades voluntarias coordinadas por un programa de una organización que se encarga del alojamiento, alimentación y traslados de los voluntarios. Cabe señalar que en esta tipología también se incluyen los voluntarios que vienen de otros países a distintos lugares del nuestro. De tal manera suena lógico que la organización promotora le pida al voluntario cubrir su boleto de avión y cubrir los gastos personales en los que recurrirá durante su estancia en el otro país. Por ello la organización promotora pide una aportación que cubre el servicio de enlace entre el voluntario y la organización que los recibirá. Se encuentran aquí organizaciones como Voluntarios Internacionales México, Servicio Internacional para el Intercambio Juvenil, Nataté y la Junior League de México.
d) Organizaciones que trabajan en forma colegiada para promover la actividad voluntaria. Este tipo de organización está interesadas en profesionalizar el servicio voluntario, brindar servicios para la gerencia profesional de los grupos voluntarios, no sólo para las organizaciones de la sociedad civil, sino que también les interesa la promoción del voluntariado en escuelas y universidades, en dependencias públicas, el voluntariado corporativo y el servicio que voluntarios prestan en las distintas iglesias y cultos de fe. Tienen interés por que el voluntariado sea un hábito en nuestra población y que a partir de su práctica tengamos más mexicanos que se consideren ciudadanos del mundo y actúen como tal. Organizaciones que están dentro de esta categoría pueden también realizar investigaciones sobre el estado del arte del voluntariado en determinada comunidad, estado o país; lanzar un fondo editorial y organizar foros y encuentros. De esta manera la actividad colegiada demanda que para cumplir con los objetivos planteados la comunidad de voluntarios (personas) o grupos voluntarios, asociaciones simpatizantes del voluntariado y los otros 4 tipos de organizaciones aquí expuestos y que se identifican con este noble propósito cubran una cuota de participación para recibir también los servicios que “el colegio” genere a favor de sus miembros. El mejor ejemplo de este tipo de organizaciones es la Alianza Mexicana de Voluntariado, la International Volunteer Effort y la Association for Fundraising Professionals (AFP) entre otras.
e) Organizaciones que reclutan y enlazan voluntarios con otras asociaciones. Este tipo de organización también son muy valiosas porque su modelo gestiona el recurso voluntario. Son un puente entre organizaciones y asociaciones que requiere voluntarios y las personas que desean ser voluntarias. A las primeras les brindan el servicio de definir qué tipo de actividad conviene realizar, para la empresa, la organización, la iglesia, la universidad, etc. Incluso pueden ser responsable de gerenciar la logística de la jornada voluntaria. Por otro lado, preparan y capacitan a voluntarios para las tareas en las que abran de vincularse para un desempeño profesional. Como se comprenderá este tipo de organización se financia recibiendo aportaciones de las organizaciones demandantes de voluntarios. Al voluntario no se le pide contribución económica alguna. Dentro de esta categoría existen dos ligeras variantes que radican en: organizaciones que están interesadas en atender necesidades de las personas voluntarias que están integradas ya a una organización. Por lo que centran su trabajo en la relación personal para incrementar la satisfacción del voluntario. El otro subtipo es el de organizaciones que convocan voluntarios y organizan toda la actividad voluntaria para que sean apoyadas por voluntarios externos y así lograr sus propósitos. Un excelente ejemplo es Ezer la Casa del Voluntariado que inició en Nuevo León y hoy tiene varios capítulos en Chihuahua y Yucatán, entre otros estados. Para el primer subtipo se encuentra el Hogar del Voluntariado mientras que para el segundo subtipo están Techo y Hábitat para la Humanidad.
De esta manera podemos afirmar que la regla general es que ninguna organización que convoca o aprovecha la aportación de la acción social voluntaria solicita una cuota a la persona para ser voluntaria. En cambio, si están en su derecho de solicitar que se cubran los servicios que beneficiarán al voluntario o a la organización que los convoca. Es un trabajo de la organización que requiere ser financiado porque de otra manera no tendría viabilidad. En la figura 2 se muestran algunos ejemplos de organizaciones en su relación con voluntarios.
Recuerde el lector que en la filantropía no hay servicios “gratis”, es decir, para que uno de ellos se lleve a cabo alguien tiene que cubrir el costo, ya sea al inicio del proceso, ya sea al final de él.
Emilio Guerra Díaz
Emilio Guerra cuenta con amplia experiencia en la Gestión de la RSC, destacando su trabajo en el área de vinculación con la comunidad que potenciar la inversión social empresarial. Ha gerenciado fundaciones empresariales.