A pesar de que la responsabilidad social corporativa (RSC) cada vez ha ido tomando mayor fuerza en las estrategias de negocios, no hay a nivel mundial ni nacional un consenso sobre cómo puede una empresa decir que cumple con ella a cabalidad.
Lo que ahora es aceptado por definición es que la RSC implica prácticas transversales, comprobables y relevantes que generan valor económico y social para los grupos de interés de cada empresa, explicó el director asociado de la Escuela de Graduados en Alta Dirección Empresarial, Gerardo Lozano.
Por ejemplo, Femsa invierte en un centro para la sustentabilidad del agua y en el desarrollo de tecnologías para bajar costos de potabilización.
Para las empresas resulta importante el desarrollo de estas metodologías para reportar RSC porque pueden mostrar su compromiso a distintos grupos de interés y son valiosas por ser voluntarias, explica Jaime Toussaint, director de Asuntos Comunitarios de FEMSA.
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