El País ocupa el puesto 39 de 150 en el ranking del Foro Económico Mundial sobre desempeño energético, por debajo de Colombia y Brasil
El sistema energético de México tiene un funcionamiento aceptable, aunque no es el óptimo para las necesidades de capacidad de uso, económicas y ambientales requeridas, de acuerdo al Índice de Desempeño de Arquitectura en Energía publicado por el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés).
El País está ubicado en este ranking en la posición 39 de 105 con una calificación general de .59 sobre un posible máximo de un punto.
Este índice mide qué tan eficiente es el sistema energético de un país para promover el crecimiento económico y el desarrollo evaluando rubros como sustentabilidad ambiental, seguridad y que conceda acceso universal a los consumidores.
Para México la calificación obtenida en los indicadores de crecimiento y desarrollo económico es de .61; en relación con medio ambiente es de .50; y en acceso y seguridad es de .67.
Con estos registros, el País queda en la parte media superior de la tabla y supera a otras economías como Italia, ubicada en posición 46, Estados Unidos en 55, India en 62 o China en 74.
Sin embargo, tampoco es suficiente para ubicarse en mejor lugar y está por debajo de Colombia que está en el lugar 6, España en 9, Perú en el 15, Brasil en 21 y Chile en 31.
Los primeros cinco lugares de eficiencia los ocupan, respectivamente, Noruega, Suecia, Francia, Suiza y Nueva Zelanda.
«El mundo está otra vez en un periodo de transición en el sistema de energía global. Ahora más que nunca, los tomadores de decisiones tienen que entender los objetivos de la arquitectura energética- generar crecimiento económico en una vía sustentable al mismo tiempo que proveen acceso y seguridad para todos- y entienden cómo impactará esa dinámica cambiante», explica el documento.
De acuerdo al WEF, el contexto modula de escasez y cambio climático que coincide con las dificultades económicas, luego del periodo de la crisis financiera, debe de ser tomado como base para la construcción de un nuevo sistema que sea menos vulnerable.
«Habrá que hacer una serie de cambios y tomar decisiones que serán difíciles, pero es imperativo se desarrolle un patrón energético basado en estos tres principios, porque de otra manera la cuestión energética se convertirá en un problema de certidumbre en el momento de hacer negocios y realizar inversiones», precisa el reporte.
Fuente: Reforma
