Una inversión consiste en destinar recursos con el propósito de obtener un beneficio de cualquier tipo. En cuanto a una inversión social, se trata de invertir en las personas, pues cuenta con políticas diseñadas para fortalecer las habilidades y capacidades de los individuos y ayudarlos a participar plenamente en la vida social.
Las áreas en las que se enfocan dichas operaciones incluyen la educación, el cuidado infantil de calidad, la atención médica, la capacitación, la asistencia en la búsqueda de empleo y la rehabilitación. La inversión social no debe confundirse con una donación, puesto que la primera tiene como función formar alianzas para elaborar soluciones a problemas sociales que de algún modo están vinculados con el quehacer de la organización.
Hay que tener en cuenta que este tipo de financiamiento no es adecuado para todos, por ello es importante conocer los diferentes tipos de inversión social que existen y para qué sirve cada uno de ellos. ¡Te las presentamos!