Un excorredor islandés y ahora entrenador de la ciudad de Nueva York trabaja para llevar zapatos, asistencia médica y paz e Kenia.
En el transcurso de 13 años ha donado cientos de zapatos (tan sólo 18 mil tenis fueron trasladados el verano pasado), ha organizado carreras femeniles para erradicar la cultura machista implícita en correr y también ha promovido la prueba tabú para la detención del SIDA. Sin embargo, tal vez la cosa más extraordinaria que ha hecho es llevar la cultura del deporte a un pueblo desesperanzado en la primera pasada.
Runners, Héroes del mundo, p. 62 y 63, Año 2, Núm. 9, diciembre de 2008