«Construyan la fábrica en Estados Unidos o paguen un gran impuesto en la frontera», advirtió Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, a la armadora nipona en su cuenta de Twitter.
Trump ya había criticado a General Motors por fabricar automóviles en México, y Ford canceló sus planes de invertir US$1.600 millones en nuestro país, reculando ante las amenazas informales del mandatario electo.
No obstante, a diferencia de otras compañías, Toyota ha mostrado un rostro diferente, uno más responsable y en un comunicado ha señalado:
Toyota ha sido parte de la cultura de manufactura de la región de Norteamérica por los últimos 60 años. Los volúmenes de producción y de empleo de la región no se verán afectados como resultado de nuestra nueva planta en Guanajuato, anunciada en abril de 2015.
Toyota de México informa que no hay cambios en la estrategia regional bajo las circunstancias actuales.
Una postura valiente y responsable ante amenazas que hasta que llegue Trump a la presidencia, y aún después, cuando quiera hacerlas válidas antye el congreso, no sabremos si solo son palabras.
Bravo por la postura de esta compañía que no cambia sus planes ni operaciones y que, por lo pronto, mantiene la proyección en México.
