Muchas empresas desearían conocer hasta qué punto conceder una mayor flexibilidad laboral a sus empleados influye positiva o negativamente en los beneficios y la competitividad de las compañías.
Un estudio liderado por el profesor de Economía de Stanford Nick Bloom ha puesto de manifiesto, al menos en la compañía objeto de investigación, que permitir a los empleados trabajar desde casa se ha traducido en un gran incremento de la productividad, así como en conseguir profesionales más felices.
El estudio, que se realizó durante 10 meses en CTrip.com, una compañía incluida en la bolsa de valores tecnológicos NASDAQ con sede en Shanghai y especializada en la venta online de billetes de avión, reservas de hotel y paquetes de viajes, comparaba la productividad de aquellos empleados del call-center de esta compañía que trabajaron desde su casa cuatro días a la semana con la de los empleados que realizaban el mismo trabajo desde los habituales cubículos de la oficina.
Como resultado, los empleados que trabajaron desde sus casas fueron más productivos, contestaron más llamadas, trabajaron más horas, se tomaron descansos más breves y recurrieron a menos permisos por enfermedad. Los trabajadores “caseros” afirmaron, además, ser más felices que los de la oficina, y menos de ellos abandonaron su trabajo.
Por otro lado, la retención de los mejores trabajadores era importante para mantener bajos los costes de reclutamiento y formación, por lo que Bloom consideraba que no había que ser demasiado listo para ofrecer a otros empleados la posibilidad de trabajar desde casa. En este caso, el ahorro medio para la compañía alcanzaba los 2.000 dólares por empleado, casi su salario anual.
Los trabajadores a domicilio que participaron en el estudio fueron seleccionados al azar de un gran grupo de empleados que querían trabajar desde casa. Mientras que la productividad media y la felicidad de quienes trabajan desde su casa fueron mayores que las de sus homólogos en la oficina, la productividad de los trabajadores de casa varió sustancialmente, con tan solo unos pocos que no consiguieron mejorar sus resultados trabajando en su domicilio.
Cuando finalizó el experimento, casi la mitad de los participantes que habían trabajado desde casa prefirieron volver a la oficina, a pesar del coste añadido de los desplazamientos. Normalmente se trataba de empleados jóvenes, en la banda salarial baja y que estaban solos. En estos casos, Bloom aseguraba que la flexibilidad para permitir a los empleados trabajar desde donde ellos prefirieran resultaba crítica para la retención del talento.
Fuente: rrhhpress.com
Estoy totalmente de acuerdo. Yo soy teletrabajadora. Si estamos satisfechos y felices trabajamos más a gusto y nuestra productividad aumenta y trabajar desde casa facilita esto ya que podemos conciliar mucho mejor nuestra vida familiar y laboral y tenemos menos estrés al no sentirnos tan presionados. Lo único que hay que tener en cuenta es que, desde casa, muchas veces es difícil gestionar nuestro tiempo pero para ello encontramos hoy en día unos software de productividad fantásticos.
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