Trabajadores. Nadie nos entiende. Cuando estemos en la oficina anhelamos estar de vacaciones y, cuando finalmente nos hemos decidido a dejar el escritorio y darnos un tiempo para nosotros mismos, pareciera que nuestros anhelos están más bien en el próximo reporte mensual.
Parecemos condicionados por el día a día. Nos cuesta demasiado abandonar la rutina y nos sentimos culpables cuando nos separamos largo tiempo de nuestro trabajo; así que cuando estamos de vacaciones puede ser tentador mirar el correo electrónico de vez en cuando y quizá cubrir un par de pendientes. Unos minutos robados que por lo general no tienen un impacto significativo en los resultados corporativos, pero que nos limpian bien el sentimiento de culpa.
Una de las principales causas de este fenómeno es la cultura del sacrificio; la idea impuesta y errónea de que el éxito está directamente vinculado con aquello que una persona es capaz de sacrificar para llegar a él. Ratos libres, días de descanso, vacaciones y momentos familiares parecen incompatibles con el trabajo duro y el camino al éxito.
Un estudio realizado por la Universidad de Texas y el sitio HomeZAway, reveló que una persona que trabaja una hora al día durante sus vacaciones, es más propenso a tener problemas para recordarlas. La razón es que todo acontecimiento memorable requiere dos elementos fundamentales: compromiso y diferenciador.
La primera se refiere a la cantidad de energía y atención que invertimos en una tarea específica. Cuando vas de vacaciones esta tarea es descansar cuerpo y mente para asegurarte de que al volver al trabajo, estarás listo para dar lo mejor de ti.
Comprometerte con tu bienestar es tan importante como hacerlo con tu trabajo, incluso más.
El diferenciador, por su parte, se refiere a la forma en que ese acontecimiento se desmarca de la rutina. Cómo lo que estás viviendo aen ese instante es distinto a o que hay en tu vida todos los días. Entonces se vuelve relevante.
Cuando una persona trabaja durante sus vacaciones o momentos libres, resta atención a su entorno y a todo lo que es distinto, para abrir paso a la rutina. Está poco comprometido y el tiempo ha dejado de ser distintivo porque trabajar es algo que se hace durante todo el año.
Esta conducta ataca ambos elementos de los sucesos memorables, por lo que no solo deja de disfrutar al máximo su experiencia, también le será difícil de recordar en el futuro.
¿Por qué es tan dificil desconectarnos
Cada día es más común que nos sumerjamos más y más en internet; este fenómeno ya no solo se da en la esfera laboral, sino incluso en las primeras etapas del desarrollo. Gracias al marketing digital para escuelas, los procesos de selección de alumnos, el engagement con ellos y hasta las evaluaciones se hacen a través de tecnología digital. Si esto está ocurriendo desde niños, es natural que de adultos nos parezca parte cotidiana de nuestra existencia. El problema es que internet trabaja 24/7… y nosotros no.
Art Markman, profesor e investigador en psicología de la Universidad de Texas, afirma que a menudo los seres humanos nos definimos a nosotros mismos a través de nuestras actividades. Como resultado de la digitalización y de este concepto, cada vez nos es más difícil desprendernos de nuestro trabajo y tenemos la tendencia de llevarlo a todas partes; una misión facilitada por la tecnología.
El problema no se limita a las vacaciones. Si echamos un vistazo a nuestra vida cotidiana es probable que notemos que una de las primeras cosas que hacemos al despertar es echar un vistazo a los mensajes que llegaron durante la noche. A lo largo del día es difícil concentrarse en una sola tarea sin revisar el correo electrónico cada 15 minutos y la conducta no cambia al volver a casa. Nos mantenemos pendientes de cualquier problema que pueda surgir mientras estamos fuera.
El estrés ocurre cuando hay cosas que deseamos evitar. Cuando estás de vacaciones hay cosas deseables para perseguir. – Art Markman.
De acuerdo con Markman, la alegría y la satisfacción que recibes cuando estás de vacaciones no son comparables con las emociones que tienes en un típico día de trabajo; por lo que al robar momentos de tu descanso para cubrir un par de pendientes lo que realmente estás consiguiendo es perpetuar tu ciclo de estrés.
¿Qué hacer?
Si necesitas permanecer conectado, utiliza únicamente un smartphone o tableta. Evita llevar tu laptop. «Aquellos que usan las computadoras portátiles en sus vacaciones tienen más problemas para recordar que aquellos que únicamente utilizaron un teléfono inteligente», aseguró Markman.
Esto sucede porque a diferencia de un teléfono móvil, en el que debes alejar y acercar la imagen de la pantalla y te resulta difícil navegar en los documentos y las páginas web; las computadoras te facilitan la mayoría de estas tareas, por lo que podrías sentirte más cómodo al trabajar durante tus vacaciones. Y ya establecimos que eso no necesariamente es bueno.
Limita el uso de tus dispositivos móviles y aprovéchalos en favor de tu experiencia vacacional. Toma fotos y video, busca lugares cercanos por visitar y echa un ojo a los comentarios de otros viajeros en tu destino para descubrir actividades distintas. Atrévete a vivir experiencias nuevas.
El portal Trip Advisor, por ejemplo, tiene múltiples recomendaciones sin importar el destino que hayas seleccionado.
Otras razones para no caer en la trampa
1. Se establece un precedente
Una vez que has empezado a trabajar en tu tiempo libre, es posible que tu jefe comience a esperar que se vuelva una conducta recurrente. Comenzará a buscarte para resolver pendientes fuera de horario e interrumpirá tus vacaciones aún cuando no sea un tema realmente urgente.
Esta conducta tiende a replicarse a lo largo de toda la organización. Cuando alguien sale de vacaciones automáticamente nace la expectativa de que se mantenga conectado; de lo contrario se percibe como un trabajador poco comprometido.
Las empresas deben tener especial cuidado con este elemento de la cultura organizacional. Para ello es fundamental que los líderes muestren con el ejemplo a sus colaboradores que está bien desconectarse de vez en cuando.
2. Tu familia pagará el precio
Nadie quiere poner el mar, la calma o la Torre Eiffel en espera mientras el adicto al trabajo termina otro pendiente para enviarlo a la oficina; así que no te sorprendas si al final del día tus familiares o amigos parecen estar divirtiéndose mucho sin ti.
Trabajar mientras estás de vacaciones no solo afecta tu experiencia, también la de tus acompañantes. Disfruta la compañía de tus seres queridos y procura dedicarles tiempo de calidad. Seguramente vas a encontrarlos mucho más agradables que a tu computadora portatil y ello agradecerán sumar valiosos recuerdos a sus memorias contigo; especialmente si se trata de tu pareja o tus hijos.
3. El viaje ya es trabajo
Necesitarás vacaciones de las vacaciones. No nos gusta admitirlo, pero planear un viaje es en sí un gran trabajo. Tienes que evaluar tu presupuesto, buscar el lugar ideal, decidir cómo y cuando llegar, qué hacer y qué llevar. Todo eso por no hablar de los retrasos de las líneas aereas y los largos trayectos de ida y vuelta.
Nos sorprende volver abrumados, pero si a eso sumas que en realidad nada de eso ayudó a desconectarte del trabajo, el resultado no puede ser otro que un ser humano agotado y poco dispuesto a volver a la oficina.