Donar es sencillo, pero hacer que esa donación sea deducible de impuestos es un poco más complicado.
El primer tropiezo es tener en cuenta que no se puede deducir mucho.
Si deseas deducir un donativo -disminuir ese gasto de tus ingresos o utilidades- debes considerar que existe un límite que veces causa confusión.
De acuerdo con Manuel Toledo, presidente del Comité Técnico Fiscal del Colegio de Contadores Públicos de México (CCPM), actualmente, la ley permite deducir la totalidad de los donativos realizados a las instituciones autorizadas, pero el monto no debe rebasar 7 por ciento de los ingresos acumulables del contribuyente.
Esto a veces se confunde con 7 por ciento del monto que se donó.
«Ya sea que una persona física o una empresa haga el donativo, podrá deducir todo lo que done de impuestos, mientras no exceda el 7 por ciento de sus ingresos acumulables o de su utilidad; hay quienes donan más de eso, pero ya es bajo el conocimiento de que no lo podrán deducir», detalló.
El segundo tropiezo es identificar muy bien al receptor de tu donación.
Para recibir donativos, una organización, comunidad o grupo vulnerable debe estar registrado ante el fisco y tiene que estar al tanto de las reglas que se emiten para estas actividades.
«La ley fiscal siempre es complicada y lo es aún un poco más en materia de deducciones por donaciones, porque existen múltiples supuestos que enredan el proceso», explicó Martín Fierro, socio fiscal de RSM Bogarín.
Para recibir donaciones, una organización debe cumplir con alguno de los siguientes fines: asistencial, educativo, investigación, becante, ecológica, reproducción de especies, entre otras.
Cada actividad debe presentar una documentación diferente al Servicio de Administración Tributaria (SAT) para comprobar su actividad y poder recibir de una empresa donaciones que sean deducibles del Impuesto Sobre la Renta (ISR).
Un tercer reto es identificar quién puede deducir un donativo.
Cualquier contribuyente que realice un donativo puede deducirlo de sus ingresos, aunque Pedro Carreón, socio de Impuestos PwC, aseguró que en México algunas personas prefieran ayudar directamente, porque temen que las organizaciones no transparenten la forma en la que apoyan a los más vulnerables.
Aseguró que en el caso de los cajeros automáticos y las cadenas comerciales que reciben donativos de sus clientes, al actuar sólo como intermediarias entre el donador y los beneficiarios, las firmas no deducen esos donativos.
Fuente: Reforma