¿Recuerdas qué estabas haciendo el año pasado en estas fechas? Tal vez te fuiste de vacaciones, iniciaste un nuevo proyecto o te mudaste de casa. Sea lo que sea, es muy probable que tengas algo en común con otras millones de personas: fuiste testigo, o participaste, en el fenómeno del #IceBucketChallenge, una de las campañas de marketing con causa más exitosas de los últimos años.
Políticos, deportistas, cantantes, actores y gente común y corriente de todo el mundo se unieron en el verano de 2014 para apoyar una causa que pocos conocían antes, la esclerosis lateral amiotrófica. Como muchas cosas, el fenómeno llegó, creció y se fue con gran rapidez, pero su efecto todavía continúa; después de recaudar 115 millones de dólares con el reto del agua fría, la ALS Association tenía mucho trabajo por hacer para utilizarlos con transparencia y responsabilidad.
Hace unos días, la organización dio a conocer por medio de una infografía interactiva cómo planean utilizar todo el dinero recaudado. Esta acción tranquilizó a muchos que se preguntaban si el movimiento realmente serviría para algo.
Según las cifras de ALS Association, 77 millones (el 67% de lo recaudado) se usarán para investigación, 23 millones a servicios a pacientes y a la comunidad (el 20%) y el diez por ciento restante se dividirá entre educación, recaudación de fondos y cuotas de procesamiento de pagos. Hasta ahora, ya se han anunciado proyectos específicos en los que se usarán 47 millones, y la organización promete seguir actualizando su sitio.
La lista de gastos y proyectos puede encontrarse en el sitio web oficial de la ALS Association, y es una gran lección en cómo la rendición de cuentas puede mejorar la reputación de una ONG, en especial si se trata de una que depende de donativos para crecer.
En septiembre del año pasado, The Wall Street Journal (WSJ) publicó un artículo en el que advertía las dificultades a las que se enfrentan las organizaciones de caridad que de pronto tienen una gran cantidad de dinero para administrar, desde gastarlo demasiado rápido hasta cargar con mayores expectativas por parte de los grupos de interés (que a su vez se multiplican) o encontrarse con desacuerdos internos para decidir en qué invertir.
En este entonces, Barbara Newhouse, presidente y CEO de ALS Association, le dijo a la publicación que el mayor reto era «manejar las expectativas del público de que nos movamos con urgencia y al mismo tiempo gastar los dólares con sabiduría». Además, añadió que el presupuesto anual tiene que ser aprobado por los 24 miembros del consejo de la ONG, el cual se reunió con urgencia en el momento en el que se hizo obvio que la campaña sería un éxito masivo.
Actualmente, el reto de la ALS Association es no solo continuar con su labor de conciencia sobre una enfermedad poco conocida, sino desarrollar un tratamiento efectivo para esta. Gracias al Ice Bucket Challenge (que, por cierto, no fue ideado dentro de la organización) también la comunidad científica ha puesto su mirada en el problema y Newhouse declaró para The Guardian que espera que en menos de una década ya se esté cerca de convertir a la enfermedad de una letal a una crónica.
Aquí la infografía completa sobre los gastos: