Hace un par de días se dio a conocer que Google restringiría el uso de sus sistema operativo por parte de Huawei, lo que privaría a sus teléfonos de algunas de las aplicaciones más populares, como YouTube y Google Maps.
Huawei estaba casi listo. Anteriormente ya estaba trabajando en un sistema operativo propio para hacerle frente al veto norteamericano. Incluso, uno de los directores ejecutivos de la empresa dijo, “si alguna vez no pudiésemos seguir usando estos sistemas, como Android, tenemos que estar preparados”.
“Nuestro plan B es nuestro sistema operativo. Pero por supuesto que preferiríamos trabajar con los ecosistemas proporcionados por Google y Microsoft”.
Sin embargo, Huawei está presentando una queja: Estados Unidos está acosando a la empresa china después de que Donald Trump, declarara una emergencia nacional para prohibir a las compañías nacionales usar equipos fabricados por firmas que supuestamente intentan espiar a la primera potencia mundial.
Dicha medida restringiría los negocios con empresas chinas como Huawei.
“Huawei ha estado respetando todas las leyes y regulaciones aplicables. Ahora Huawei se ha convertido en la víctima del acoso de la Administración de Estados Unidos”, declaró en un acto celebrado en Bruselas el representante de la compañía ante las instituciones de la Unión Europea, Abraham Liu, según informó Huawei en un comunicado.
Para Liu, no se trata “solo de un ataque contra Huawei”.
“Es un ataque contra el orden liberal basado en normas. Esto es peligroso. Ahora le está pasando a Huawei. Mañana puede pasarle a cualquier otra empresa internacional. ¿Podemos cerrar los ojos ante semejante comportamiento?”.
También dijo que las redes 5G de Huawei han sido desarrolladas junto a socios europeos y “a medida para las necesidades y desafíos” del Viejo Continente.
“Huawei ha estado operando en Europa durante casi veinte años. Tenemos ahora 12.200 empleados en Europa, el 70% contratados localmente”.
Emergencia Nacional
Donal Trump declaró hace unos días una emergencia nacional para prohibir a las compañías estadounidenses usar equipos de telecomunicaciones fabricados por empresas que supuestamente intentan espiar a Estados Unidos.
La orden ejecutiva no impone automáticamente restricciones a la compra de equipos de telecomunicaciones, pero da al secretario de Comercio, Wilbur Ross, 150 días para establecer qué compañías deben estar sujetas a nuevas limitaciones por suponer un peligro para la seguridad nacional.
Cabe resaltar que Estados Unidos lidera una campaña global para impedir que las compañías chinas como Huawei se hagan con el control de las redes 5G, que permiten navegar por internet con mucha más velocidad y podrían facilitar el desarrollo de vehículos autónomos y técnicas para hacer cirugía por control remoto.
El Gobierno estadounidense ha presionado a la UE para que imponga restricciones sobre Huawei, que se encuentra a la cabeza del desarrollo de la tecnología 5G. Además, EU teme que China use las redes 5G de Huawei para espionaje, unas acusaciones que la compañía china ha rechazado.
Tras anunciar la medida, empresas como Google, indicaron que dejarán de vender componentes y software a Huawei.
Aún así, el Departamento de Comercio estadounidense expidió una licencia de 90 días que levanta durante ese periodo el veto a Huawei y a sus empresas filiales para preparar una transición sin presencia del gigante tecnológico chino.
Por su parte, Bruselas ha mostrado en diferentes ocasiones preocupación por la entrada de Huawei en el despliegue de las futuras redes móviles 5G en Europa, al tener cuenta que ese tipo de empresas chinas tendrán por ley que cooperar con los servicios secretos de su país.