La entrega de los Oscar fue el tema central que se vivió hace unos días, tras el premio otorgado para el mexicano Guillermo del Toro. Sin embargo, esta no es la única película que se encuentra en la mira, también «Tres anuncios por un crimen», dirigida y escrita por el irlandés Martin McDonagh, tiene siete nominaciones a los Oscar y viene de ganar los galardones principales en los Globos de Oro, los SAG (Sindicato de Actores) y los Bafta británicos.
Fue en 2017 cuando se estrenó en el festival de cine de Toronto, Canadá. En ese lugar se comenzaron a realizar las primeras reseñas por parte de los medios, las cuales fueron positivas y la audiencia le otorgó el premio del público, un indicador muy confiable para los Oscar.
Pero meses después comenzaron las protestas de las personas que consideran un tratamiento excesivamente benévolo hacia el personaje del policía racista Dixon interpretado por Sam Rockwell (quien se llevó el Oscar por su trabajo, y quien no tiene culpa alguna en la polémica).
«Las críticas giran en torno a la idea de que el personaje de Sam Rockwell, el policía Dixon, que es un racista y un idiota intolerante, parece ser redimido al final».
«No creo que eso sea así en absoluto. Empieza como un patán racista y se mantiene casi igual pero, al final, se da cuenta de que tiene que cambiar. Hay espacio para ello, pero no es que se convierta en una suerte de héroe», añadió.
Algunos sectores critican el tratamiento general que la película hace de la cuestión racial y la poca relevancia que tienen los personajes afroestadounidenses.
El director y guionista reconoció que la obra no le puede gustar a todos. «Se supone que es una película intencionadamente difícil y desordenada. Porque vivimos en un mundo difícil y desordenado».
Sorprende que una película tan elogiada en las reseñas e imán de grandes premios pueda suscitar tanta indignación.
Algunos críticos de cine opinan que la prensa en Toronto era mayoritariamente blanca y que la exposición posterior de la película a un público más plural reveló matices que se habían pasado por alto.
Tres anuncios por un crimen
En Tres anuncios por un crimen, Frances McDormand muestra una escena donde al parecer tiene el corazón roto durante una reunión incómoda e íntima entre su personaje, una mujer dura llamada Mildred, y un jefe de policía enfermo, Willoughby (Woody Harrelson).
Paga tres anuncios para atacarlo por no poder resolver el asesinato de su hija —uno de los anuncios dice “violada mientras moría”— y ha estado tan sumida en su propio dolor que no ha visto el de nadie más. Cuando se da cuenta de lo enfermo que está Willoughby, voltea a verlo como si lo mirara por primera vez. Queda estupefacta.
El dolor de los otros se asoma por toda la película, al menos cuando el director y guionista Martin McDonagh deja que así sea.
Tres anuncios es mucho más ambiciosa, tiene muchas conversaciones, bastantes armas y momentos de espectáculo de hombres. Además muestra escenas entre comedia y tragedia, una especialidad McDonagh, con sangre vertida en el camino.
