Cuando compramos comida, lo común es esperar alimentos que no solo estén deliciosos sino que se vean bien. Este deseo nos lleva a examinar con cuidado las frutas y verduras en el mercado y a rechazar a los restaurantes que ofrezcan ensaladas un tanto mustias o cortes de carne que no sean espectaculares.
Si tenemos en cuenta el estado actual de los ecosistemas, de la pobreza en el mundo y de la cantidad de basura que se genera al año, esta actitud no es sostenible a largo plazo. Es por eso que han surgido proyectos que buscan reivindicar las sobras. Aquí te presentamos tres de ellos, ¿te animarías a probarlos?
WastED:
Este restaurante estuvo abierto por tan solo 18 días en Nueva York pero su impacto legó a millones de personas gracias a la prensa. Al servir platillos hechos con ingredientes que normalmente son desechados por los chefs, además de ambientar el lugar con elementos reciclados y reutilizados, el proyecto pretendía cuestionar los desperdicios en la cadena de alimentación.
Al final, se vendieron 10 mil platillos en los que se utilizaron 272 kilos de vegetales feos, 30 galones de grasa de buey y 408 kilos de cerdo alimentado con sobras, entre otros alimentos
Daily Table:
En muchas zonas de Estados Unidos y del mundo, una razón por la que las personas no se alimentan de forma saludable es que carecen de acceso tanto económico como físico a nutrición de calidad. Para enfrentar este problema, Doug Rauch, expresidente de una cadena de supermercados, creó Daily Table, una tienda de autoservicio que vende comidas preparadas y alimentos empacados a precios muy accesibles.
El secreto es que este supermercado sin fines de lucro es que vende los excedentes de mercados y vendedores al mayoreo, luchando así contra la comida rápida pero también contra el desperdicio.
Rub & Stub:
Considerado uno de los restaurantes más verdes del mundo, Rub & Stub también utiliza los excedentes de agricultores, tiendas, cooperativas, panaderías y supermercados de la región. En el staff de más de cien personas solo el chef, el gerente de piso y el gerente de proyecto son empleados pagados, mientras que los demás son voluntarios que se turnan para atender a los 60 comensales que llegan cada noche a probar un menú que cambia según la materia prima recibida.
Si visitas Copenhague, no dejes de conocer este peculiar restaurante sin fines de lucro, que en tan solo año y medio salvó 3.5 toneladas de alimentos de acabar en la basura.
muy buenos artículos, sirven para estar alertas de las nuevas y mejores prácticas.