Trump no cree en el cambio climático a pesar de que varios científicos y hasta el propio clima ha demostrado que sí existe. Sin embargo, desde hace algún tiempo, el presidente de Estados Unidos no había vuelto a hablar sobre el cambio climático sino hasta apenas en una cena del Comité del Congreso Nacional Republicano, en la que volvió a pronunciarse contra la energía limpia al decir que las turbinas de viento disminuyen el valor de las propiedades, matan a las aves e incluso causan cáncer.
Con esa postura, el presidente vuelve a afirmar su creencia en contra del cambio climático y con ello se ha opuesto firmemente a la energía generada por el viento, a menudo critica de manera extravagante la energía renovable cuando habla sobre el carbón y otros combustibles fósiles tradicionales. Algunos científicos han llamado a esta postura “ignorancia maliciosa”.
Y es que según Trump, las turbinas de la energía eólica matan a las aves (que en parte es realidad pero lo hace en una menor cantidad que otras fuentes de energía), además que la dependencia de las turbinas implicaría que no hubiera electricidad si hay viento, un argumento anulado debido a la existencia de baterías que almacenan energía.
Hace unos días, el presidente se burló de la energía eólica y atacó a su exrival presidencial Hillary Clinton, quien propuso una mayor inversión en aerogeneradores para reducir la dependencia de los combustibles fósiles tradicionales y así reducir las emisiones de carbono.
“Si tienes un molino de viento en cualquier lugar cerca de su casa, felicitaciones, tu casa perdió un 75 por ciento de su valor”.
Luego presentó su argumento más reciente y le dijo a la audiencia: “Y dicen que el ruido causa cáncer”, antes de imitar el sonido de una turbina mientras la multitud se reía y aplaudía.
Sin embargo, hasta el momento no existe ningún estudio ni alguna investigación que afirme que el ruido de una turbina eólica cause cáncer.
De acuerdo con The Atlantic, algunos grupos que están en contra de la energía eólica dicen que el ruido de baja frecuencia, conocido como infrasonido, emitido por las turbinas puede causar problemas de salud como náuseas, pérdida de sueño y ansiedad, entre otros muchos síntomas.
Hasta ahora ninguna investigación lo afirma y ningún tipo de cáncer se ha relacionado con altos niveles de ruido. Sin embargo, los productos químicos y patriculados liberados en la extracción, almacenamiento, transporte y quema de carbón y otros combustibles fósiles se han asociado con tasas más altas de cáncer.
Hace unas semanas, Trump atacó los planes de Clinton para expandir la infraestructura de energía eólica de Estados Unidos. “Sabes, Hillary quería poner molinos de viento por todo el lugar. Vamos a poner algunos molinos de viento. Cuando el viento no sople, apaga la televisión, cariño, por favor. No hay viento, por favor apaga la televisión rápidamente”, dijo.
Y en la Conferencia de Acción Política Conservadora el mes pasado, Trump descartó la efectividad de la energía eólica como parte de su ataque al Green New Deal. “Cuando el viento deja de soplar, ese es el final de tu electricidad”.
Aunque la posición de Trump puede ser influyente, la industria de la energía eólica sigue en crecimiento, datos de la Asociación Americana de Energía Eólica, dice que la industria dio soporte a más de 100,000 empleos en 2017 y proporcionó el 6.3 por ciento de la energía de la nación. La Asociación de Información de Energía dijo que la energía eólica estaba en camino de superar la energía hidroeléctrica como la mayor fuente de energía renovable del país para 2019.